Dulces de Navidad
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Si los mantecados reciben ese nombre es porque entre sus componentes figura, en cantidad no despreciable, una grasa: la manteca de cerdo. ¿Debemos renunciar por completo a ellos para no tener que lamentarnos, no ya de la 'cuesta' de enero, sino de las 'curvas' causadas por una no desdeñable ganancia de peso? Lo que de veras se impone es realizar un 'consumo inteligente'.

Un mantecado normal aporta casi 100 calorías; y el resto de sus hermanos navideños (mazapanes, alfajores, turrones,...) se le asemejan mucho en su elevado valor calórico por su alto contenido en grasas y, la mayoría de las veces, también azúcares.

El turrón, por ejemplo, es casi vez y media más calórico que el beicon a la parrilla.También es cierto que la mayoría suele estar elaborado con ingredientes de valiosa calidad nutricional: frutos secos, huevo, miel, leche... Pero el exceso de otros componentes -especialmente la abundancia de azúcar- altera a peor el producto final.

Esta Navidad, se impone el 'consumo inteligente'

La primera característica de este consumo inteligente es la de ser un consumo moderado. En las celebraciones navideñas, el truco está en pasarse, que es inevitable, pero sin sentirse culpable. Estas son algunas recomendaciones saludables que no nos aguan las fiestas navideñas:

1. Mantener nuestra rutina alimenticia respetando las cinco comidas al día. Evitamos dejar pasar mucho tiempo entre comidas, lo que disminuirá la ansiedad por la comida, que tanto incrementa la ingesta de alimentos y nos ayudará a pasar una Navidad saludable.

2. Saca las bandejas de dulces navideños solo en el momento de los postres. Y no necesariamente todos los días, sino los más señaladamente festivos. Habitualmente hacemos de esa bandeja un objeto de exposición permanente; ¡y cuántas veces, en las largas sobremesas, acabamos cogiendo unos dulces de más simplemente porque estaban al alcance del ojo y de la mano, por emulación de lo que otros hacen o por contrarrestar el aburrimiento!

3. Prepara una bandeja alternativa de frutos secos. Además de la de los dulces, preparar otra bandeja con variados frutos secos ayuda a no ingerir tanto azúcar. Los frutos secos son más saludables y nos sorprenderemos del éxito que tienen. Pensemos igualmente en la posibilidad de la fruta escarchada.

4. Existen dulces "bajos en calorías" (con entre siete y treinta veces menos azúcar que los originales) y "sin azúcares añadidos".

5. Incrementar en las comidas -especialmente en los días sin celebraciones- el consumo de verduras y hortalizas. Y terminarlas siempre con fruta del tiempo.

6. Ejercicio físico para compensar. Como no va a ser fácil evitar hasta el más mínimo de los excesos -quien esté libre de ellos que tire la primera piedra-, dado que esos días festivos disponemos de más tiempo libre, incrementemos, sin necesidad de proezas, la actividad física que habitualmente realizamos. 

Pedro J. Toranzos. Licenciado en Farmacia, diplomado en Dietética y Nutrición, máster en Dietética.

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