Actualizado 21/07/2022 09:28

8 juegos y ejercicios para estimular el lenguaje verbal y la imaginación de los niños

Estimula su imaginación con estos juegos
Estimula su imaginación con estos juegos - ISTOCK

La importancia de la estimulación temprana reside en potenciar capacidad del cerebro de los niños. Gracias a esta estimulación se produce una mayor conexión entre sus neurona, sobre todo durante sus tres primeros años de vida, que contribuirá a un mejor desarrollo de su inteligencia.

Durante la infancia, la mejor manera de motivar a los niños para hacer cualquier cosa es mediante el juego. Jugar a cualquier ya es suficientemente bueno, pero si además elegimos los juegos adecuados estaremos trabajando para desarrollar diferentes campos de sus inteligencias múltiples.

8 juegos para estimular el lenguaje verbal y la imaginación

En esta ocasión, te proponemos una serie de 8 divertidos juegos para estimular la parte más creativa del cerebro, que controla todo el proceso de aprendizaje lingüístico y la imaginación.

1. Otros temas al hilo de...

Cada vez que leamos cuentos juntos, podemos aprovechar parair sacando temas al hilo de esas páginas que tengan relación con el cuento. Por ejemplo, si habla de unos ratoncitos que buscan comida, podemos contarle que nosotros de pequeños cazamos un ratón en el campo, que en los corrales hay muchos ratones de campo... No hay que dedicar mucho a estas digresiones, porque enseguida desviarán la atención.

2. Puzzles

Un buen ejercicio que estimula la visión de conjunto y, por tanto, el hemisferio derecho del cerebro, consiste en realizar puzzles. A estas edades deberán ser sencillos, de pocas piezas y muy llamativos. Con nuestra ayuda, en los momentos oportunos, serán capaces de hacerlos con gran destreza. Podemos plantearnos construir nuestros propios puzzles, utilizando y recortando, por ejemplo, la portada de alguna caja de cereales.

3. Adivina, adivinanza

El siguiente ejercicio consiste en jugar al clásico juego de las adivinanzas; salvo que en esta ocasión utilizaremos adivinanzas muy sencillas, del tipo: "Los conejitos me comen", en la que la solución es: zanahorias. Otra: "Te digo qué hora es", para el reloj.Poco a poco, podemos aumentar el grado de dificultad: "Te dejo hablar con tus amigos aunque no puedas verlos", para el teléfono.

4. Baúl sorpresa

Para explotar las posibilidades expresivas de nuestros pequeños podemos contar con un baúl sorpresa, o baúl de los disfraces, en el que dejemos ropa vieja pero divertida, zapatos, sombreros, hojas, plumas... A él podrán acudir los niños para disfrazarse con lo que más les guste.El siguiente paso consistirá en animarles a que interpreten una parodia con sus propios personajes.

5. ¿Qué es esto?

Mediante el sentido del tacto podemos estimular su hemisferio derecho si proponemos a nuestro hijo que se imagine visualmente lo que toca, pero sin mirarlo. Así, podemos tener escondidos varios objetos en un bolsa y él tendrá que, metiendo sólo la mano, adivinar cuáles son por el tacto.Para comprender mejor este ejercicio, podemos hacer primero nosotros la prueba.

6. Sonidos lejanos

Cualquier día que vayamos al campo, o en el parque al lado de casa, o en nuestra propia casa, podemos realizar este juego. Se trata de cerrar los ojos para escuchar e identificar el mayor número posible de sonidos: lejanos y cercanos, graves y agudos... Un coche, un hombre que habla, un pájaro, etc. El mejor lugar es, sin duda, la Naturaleza, por lo que podemos aprovechar un fin de semana que salgamos al campo para realizar este juego.

7. Nubes

Todos nos hemos quedado alguna vez absortos mirando a las nubes, imaginándonos las mil figuras que nos sugerían. Esta es una actividad ideal para estimular el hemisferio derecho del cerebro y podemos realizarla con nuestro hijo, tumbados boca arriba y mirando al cielo. También podemos participar nosotros y dar, después de él, nuestra opinión sobre la figura que forma la nube.

8. Dibujar en el aire

El hemisferio derecho es el encargado de las relaciones espaciales, por eso, podemos jugar a escribir en el aire palabras (si las conocen) o dibujos de formas geométricas, o de objetos sencillos para que adivinen cuáles son. Este ejercicio pondrá a prueba, además, nuestras capacidades expresivas.

Beatriz Bengoechea. Psicóloga y orientadora familiar

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