Actualizado 23/06/2023 13:40

Relaciones de pareja deterioradas

Crisis en la relación de pareja
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“Tengo la sensación de estar soportando todo el peso de la responsabilidad de mi familia. Me siento sola. Mi marido lleva tiempo malhumorado, cansado y ausente. Da la sensación de que todo le da igual". En ocasiones nos encontramos con personas, o incluso nosotros mismos, que afirman que viven en una relación de pareja deteriorada.

El esfuerzo de uno de los dos miembros de la pareja es muy grande y los resultados escasos. Se desesperan, se desconciertan. No saben qué es lo que está ocurriendo.

La descripción suele ser la siguiente: "No sé lo que está pasando. No somos capaces de llevarnos bien, discutimos por tonterías, no disfrutamos del poco tiempo libre que tenemos, ni de los amigos. La atención a los hijos nos desborda y en casa hay un clima de tensión. Yo a él le veo irritable y nervioso, da la sensación de que todo le molesta, como si le superase. Por otra parte, solo ve la parte negativa de las situaciones y, en general, pasa de todo. Además, se le ve agotado y sin ilusión".

Por qué la relación de pareja se desequilibra

Cuando se produce una situación de este tipo, lo primero que hay que hacer es ir al médico para valorar si puede haber alguna enfermedad sin diagnosticar. Si no se encuentra una enfermedad física objetiva, hay que pensar que el malestar puede tener otro origen y buscarlo. Hay muchos trastornos de tipo psicosomático. El organismo da señales ciertas de que no puede soportar más tensión y enferma físicamente.

Se producen con frecuencia pequeñas depresiones, que se manifiestan como un síndrome compuesto por un conjunto de síntomas como pueden ser:

Ansiedad, que puede aparecer con sensación de presión en la cabeza, con falta de aire o simplemente con agitación.

1.  Trastornos del sueño, que pueden consistir en insomnio o en necesidad de dormir demasiado.

2.  Tristeza, falta de ilusión, incapacidad para disfrutar.

3.  Apatía y dejadez en el aseo personal.

4.  Desinterés por las cosas de los demás. Pocas ganas de salir y de relacionarse.

5.  Angustia con presión en el pecho.

6.  En las personas con carácter fuerte, irritabilidad y mal humor.

7.  En las apacibles, melancolía.

8.  Disminución de la capacidad de concentración.

9.  Agotamiento.

Cómo actúa la persona con estos síntomas

La persona que se encuentra en este estado, se desconcierta, lo suele rechazar y sufre de ver que no se desenvuelve con normalidad. A nadie le gusta sentirse de ese modo y cuesta mucho reconocer que puede hacer falta tomar alguna medicación que alivie los síntomas, o los haga desaparecer. La pareja se queja de que pasan de todo, pero realmente en muchos casos se está produciendo una disminución de algún neurotransmisor.

Este tipo de patologías son tan involuntarias como la gripe o la artritis, pero tienen mala prensa. Parece que el que tiene una depresión es porque quiere. Vemos matrimonios cuyo problema es la relación deteriorada fruto del malestar individual de uno de los dos. Se ha avanzado mucho en el tratamiento y la terapia de estas enfermedades. Es bueno pedir ayuda pronto para que el desgaste personal y familiar sea el menos posible.

Mónica de Aysa. Máster en Matrimonio y sexualidad

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