Cuando descubrimos que nuestros pequeños tienen intolerancia a la lactosa, se abre un camino lleno de preguntas y ajustes en su rutina alimentaria. Sin embargo, esta condición no significa renunciar a la variedad y a algunas delicias en la dieta de los niños. En lugar de verlo como una limitación, podemos transformar esta experiencia en una oportunidad para descubrir nuevas opciones sabrosas y nutritivas.