La dedicación de una
madre es una de las más sacrificadas del mundo y no se paga. No hace falta
retribución económica, el amor de un
hijo es suficiente y merece cada una de las horas de desvelo. Para recordar la importancia de esta figura dentro de la
familia, cada primer domingo de mayo se dedica un día para agradecer esta labor. Es el famoso
Día de la Madre.