Evitamos esas frases que solemos repetir sin darnos cuenta y que tanto daño hacen a quienes las reciben. Modificar la forma de hablar es fácil y eficaz.

1 “Siempre haces lo mismo”.

Porque se cae en una generalización falaz. Prueba con: “Tal día, cuando pasó tal cosa, me sentí” y expresas tu emoción. “Me gustaría que encontráramos otra forma de abordar situaciones así.

2 «No tengo ganas de hablar».

Y parece que al otro no le importas. Mejor di: “Ahora mismo no me siento capaz. Necesito [15 minutos/un rato]. ¿Hablamos [momento concreto]? ¿Te parece bien?”

3 «Haz lo que quieras».

En ese tono de amenaza. Mejor di : “Necesito ayuda para resolver esto. Estoy sintiendo [frustración/dolor/confusión]. Me encantaría que habláramos de lo que está pasando realmente”.

Una propuesta para esta Navidad

Esta Navidad, expresamos y escuchamos lo que sentimos. Porque la verdadera conexión entre dos personas, la conexión genuina, empieza por ahí. Y la falta de escucha es el origen de muchos de los problemas.

Por Begoña Polo, terapeuta de pareja. @pildorasparaparejas
Begoña Polo es mediadora familiar y experta en relaciones de pareja. Ha hecho de su pasión su profesión.