¿Por qué los adolescentes tienen problemas para dormir? - ISTOCK
La adolescencia es una etapa de transición crucial en la vida de una persona, llena de cambios físicos, emocionales y sociales. A estos cambios se une el problema del sueño, uno de los menos discutidos de la vida de los adolescentes, pero importante y esencial para su bienestar, ya que las noches en vela y la lucha para conciliar el sueño pueden convertirse en el caballo de batalla de muchos adolescentes.
La lucha por dormir en la adolescencia
Los adolescentes necesitan tanto sueño como los niños más pequeños para funcionar de manera óptima, pero a menudo no lo consiguen. El National Sleep Foundation recomienda que los adolescentes de 14 a 17 años duerman de 8 a 10 horas por noche. Sin embargo, muchos adolescentes no alcanzan estas cifras y experimentan problemas de sueño regulares.
En este sentido, el pediatra y especialista en Sueño, Gonzalo Pin Arboledas, que acaba de publicar El sueño es vida (Planeta), explica que "es importante saber que uno de cada tres adolescentes que presentan problemas de sueño a los 16 años los tienen aún a los 23 años, y uno de cada diez, a los 42 años. Así pues, mejorar el sueño del adolescente es mejorar el sueño y la calidad de vida en etapas posteriores de la vida".
Causas de los problemas de sueño en adolescentes
Tras analizar el origen de la falta de sueño en los adolescentes, estas son las causas principales:
1. Cambios biológicos. Las características más llamativas del sueño en la adolescencia están relacionadas con el reloj biológico, regulador del rítmo circadiano del cuerpo. Durante la adolescencia, los ritmos circadianos de los adolescentes pueden retrasarse, lo que significa que naturalmente se sienten más despiertos por la noche y les cuesta levantarse temprano por la mañana.
Según afirma el doctor Pin Arboledas, "éste se retrasa alrededor de 2 horas en las niñas y 3 horas en los niños a lo largo de la segunda década de la vida. Este retraso complica la pretensión de que sigan durmiendo a la misma hora a los trece o catorce años que cuando tenían ocho o nueve años. Lo mismo pasa con el despertar por la mañana, que también se retrasa".
2. Presión académica. La creciente carga de trabajo escolar y la presión para obtener buenas calificaciones pueden llevar a los adolescentes a quedarse despiertos hasta tarde estudiando. "Los horarios escolares tienen una gran influencia en el sueño del adolescente -asegura el doctor Gonzalo Pin-, y en los países y regiones donde lo han tenido en cuenta y han retrasado el incio del horario escolar, han visto que, como media, cada diez minutos de retraso en el inicio del horario escolar se corresponde con un incremento de la probabilidad de obtener más minutos de sueño y una menor sensación de cansancio durante la jornada".
3. Uso de dispositivos electrónicos. Otro de los factores que interfieren con el sueño en los adolescentes es el uso de la tecnología a última hora del día y en el dormitorio, tan frecuente a esta edad. La exposición a pantallas de teléfonos, tabletas y computadoras antes de acostarse puede interferir con la calidad del sueño. La luz azul de las pantallas suprime la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño.
El doctor Gonzalo Pin Arboledas advierte que "esto puede provocar un déficit de sueño crónico. Hay una mayor relación directa entre el tiempo de uso de la tecnología y la duración del tiempo de sueño: a mayor uso, menor tiempo de sueño. Los adolescentes, desafortunadamente, no duermen las horas que necesitan. Esta fata de sueño en una etapa de enormes cambios hormonales y sociales favorece la depresión y la baja autoestima, produce somnolencia y probblemas para concentrarse, baja el rendimiento escolar y las calificaciones, aumenta el mal humor y los problemas para convivir con la familia y amigos... Una vez más valorar el cronotipo de nuestro hijo adolescente es de suma importancia".
4. Cambios hormonales. Las fluctuaciones hormonales durante la adolescencia pueden afectar el sueño. Por ejemplo, la hormona del crecimiento se libera principalmente durante la fase de sueño profundo.
5. Estrés y ansiedad. Los adolescentes a menudo experimentan estrés relacionado con la escuela, las relaciones, la imagen corporal y otros retos emocionales. Estas preocupaciones pueden mantenerlos despiertos por la noche.
El impacto de la falta de sueño en los adolescentes
Los problemas de sueño pueden tener un impacto significativo en la vida de los adolescentes. Estas son algunas de las consecuencias comunes:
- Rendimiento académico deficiente. La falta de sueño puede dificultar la concentración y el aprendizaje, lo que afecta negativamente las calificaciones escolares.
- Problemas emocionales. La irritabilidad, la ansiedad y la depresión son más comunes en los adolescentes que experimentan problemas de sueño.
- Salud física. Los adolescentes con problemas de sueño tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo, como obesidad y enfermedades cardiovasculares.
- Comportamiento de riesgo. La falta de sueño puede llevar a una toma de decisiones impulsiva y a comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol y drogas.
Soluciones para terminar con las noches en vela
Entre los principales remedios para descansar y dormir bien por la noche, el doctdor Pin Alrboledas recomienda "establecer horarios regulares de sueño, incluso los fines de semana, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse y evitar dejarlos en sus habitaciones durante la noche".
Otras actividades que pueden ayudar a los adolescentes a minimizar las noches en vela es realizar prácticas de relajación antes de acostarse, como la meditación o la lectura.
No obstante, lo más importante es que los adolescentes comprendan cuáles son los beneficios de un sueño adecuado para su salud física y mental, y si los problemas de sueño persisten y tienen un impacto significativo en su vida, lo más recomendable es buscar la ayuda de un profesional de la salud o de un especialista en sueño.
Los problemas de sueño en los adolescentes son un problema común pero manejable. Con el apoyo adecuado de los padres y la educación sobre hábitos de sueño saludables, los adolescentes pueden disfrutar de un sueño reparador para pasar el día con más energía y claridad mental.
Marisol Nuevo Espín
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