Si queremos que nuestros hijos (o nosotros) le dediquen tiempo de calidad a lo que están haciendo, ya sea estudiar, trabajar, leer, pintar o jugar, necesitamos saber qué es lo que nos está robando el tiempo para expulsarlo de nuestra vida. Es fundamental que nuestra atención esté en una sola tarea.
Uno de los grandes engaños de la llegada de los teléfonos móviles ha sido pensar que existe la multitarea, que podemos hacer dos cosas a la vez. La multitarea sólo es cierta para algunas acciones sencillas y repetitivas. Podemos escuchar la radio mientras conducimos, aunque si hay una situación difícil, seguramente dejemos de escuchar la radio. Pero las tareas más complejas requieren toda nuestra atención y eso implica que no nos despistemos con otros elementos que rompen el flujo de concentración.
Móviles fuera. Son el mayor ladrón de la atención
Está comprobado que el desarrollo de esta tecnología se basa en atrapar nuestra atención para que pasemos más tiempo en ella. De modo que lo mejor que podemos hacer para mantener el foco es alejar el móvil. Alejarlo en sentido literal, sacarlo del lugar en el que vamos a trabajar o compartir una comida para que no oigamos las notificaciones y no tengamos la tentación de mirar la pantalla.
Tiempo determinado. Para no relajarnos ni aburrirnos con la tarea.
Poner una hora de inicio y otra de final ayuda a tener buen ritmo y no distraerse u da una perspectiva cuándo estaremos libres.
Trabajar sin tiempo puede provocar dos problemas. El primero, que vayamos demasiado holgados y nos despistemos, que no le prestemos la suficiente atención. El segundo, que nos desaliente pensar a largo plazo en una tarea tediosa y eso haga que perdamos el foco. Si sabemos cuándo acaba, es más fácil de abordar.
Si es con ordenador. Cierra los otros programas.
Los pop ups de los correos electrónicos son una distracción difícil de superar que, además, está disfrazada en forma de más trabajo. Siempre que se pueda, para tareas que requieren mucha concentración, lo mejor es usar papel y boli porque está demostrado que se establecen beneficiosas conexiones cerebrales de esa manera.
Subdivide las tareas. Así ves el verdadero avance en pequeñas dosis
Es importante poder ir tachando retos alcanzados en una lista de tareas pendientes. Por eso, si compartimentamos todo lo que hay que hacer para completar un proyecto más grande, la sensación positiva de eficacia nos va a ayudar.
Si algo ha salido mal, revisa para mejorarlo mañana.
Un buen examen de conciencia es la mejor manera de incidir en nuestras limitaciones y empezar con más fuerza el día siguiente. Tenemos que conocernos bien para emplear las mejores técnicas de concentración en función de nuestras características, aprovechar nuestras virtudes y poner solución a nuestros puntos débiles.
Disfruta de todo lo que has conseguido. A cada día su afán.
Si la lista no se ha completado, no pasa nada porque hay que dar las gracias por todo lo que sí se ha podido tachar y renovar la energía para el siguiente reto.
Los excesivos niveles de exigencia pueden ser paralizantes porque nunca tenemos la sensación de estar haciendo las cosas suficientemente bien.
María Solano Altaba
Directora de Hacer Familia
Profesora Universidad CEU San Pablo