Actualizado 07/08/2020 12:42

Los cuidados de la fontanela y la cabecita del bebé

La fontanela de la cabeza del bebé
Foto: ISTOCK Ampliar foto

Al nacer, tu bebé no tiene articulados de manera firme los huesos de su cabecita para facilitar el proceso del parto. Poco a poco, éstos se unen formando las suturas del cráneo. Donde se cruzan varias suturas, es decir, cuando se unen más de dos huesos formando un punto blando cubierto de membranas, se denomina fontanela.

El cráneo de tu hijo recién nacido normalmente presenta varias fontanelas en los laterales, así como en las partes posterior y anterior. La fontanela de la parte posterior se cierra alrededor de los dos meses y la de la parte anterior puede permanecer abierta incluso hasta los dos años, aunque lo normal es que cierre entre los 7 y los 18 meses de edad. Las fontanelas permiten el correcto crecimiento del cráneo de tu hijo en su primera etapa de vida y por tanto, del cerebro.

¿Qué nos indica el aspecto de la fontanela?

La fontanela suele reflejar la presión intracraneana y el estado de hidratación del bebé. Así, si observáis que está abombada es que aumenta la presión dentro del cráneo y no hay que alarmarse, si al relajarse el niño vuelve a su estado normal. Por el contrario, si al tocarla se hunde formando una oquedad es una señal de alarma de deshidratación del bebé, por lo que deberéis acudir inmediatamente al especialista.

Lo normal es que su aspecto varíe a lo largo del día y no hay que intranquilizarse por ello. Que se hinche cuando llora, que varíe la tensión de ésta al cambiar al niño de posición, o que palpite, ya que representa la repercusión del latido cardíaco sobre ésta.

La fontanela no debe cerrarse demasiado pronto

A todos los recién nacidos "les toman medidas" en sus primeros días de vida para cotejar si están dentro de unos parámetros de normalidad. Entre estos, se encuentra el tamaño de su cabecita que puede variar por diversas razones: por un componente genético (herencia), por el sexo (la de las niñas es más pequeñita) o, en ciertos casos, provocado por alguna enfermedad.

Así, durante sus primeros seis meses el pediatra hará mediciones mensuales a tu bebé y a partir de segundo semestre cada dos meses. Si el tamaño de la cabeza se encuentra entre los percentiles 3 y 97 será señal de normalidad. La fontanela generalmente oscila entre 0,6 y 3,6 cm.

Medición del perímetro craneal del bebé

Asimismo, es importante que la fontanela no se cierre demasiado pronto, pues podría impedir que su cabecita siguiera creciendo afectando, por tanto, a su cerebro y provocando en el niño deformidades de su cabeza. Cuando esto ocurre hablamos de una craneosinostosis y en casos extremos, el especialista debe intervenir quirúrgicamente al bebé para abrirla de nuevo y evitar complicaciones mayores.

Existen algunos casos en los que el niño nace con la fontanela prácticamente cerrada; es entonces cuando se le hará un seguimiento del crecimiento del perímetro craneal, que de crecer a un ritmo adecuado, no necesitará ser intervenido.

La manera de saber si la fontanela se está cerrando adecuadamente es midiendo el volumen encefálico o, cuando fuera necesario, por medio de radiografías y tomografías de cráneo.

Consejos para cuidar la cabecita de tu bebé

- Observa si tu hijo tiene un tamaño anormalmente grande o pequeño de la fontanela que puede ser reflejo de una enfermedad, al igual que el cierre temprano o muy tardío.

- La fontanela no requiere cuidados especiales y no pasa nada por tocarla.

- Lo normal es que la fontanela se cierre antes en los niños que en las niñas y de media ocurre entre los 13 ó 14 meses.

- Si se da un pequeño golpe en la cabeza no hay que alarmarse en exceso, ya que la fontanela evita que la presión se concentre dentro del tejido cerebral.

- El tamaño de la cabeza no va unido a la capacidad intelectual; lo que ocurre es que si la cabecita se cierra demasiado pronto, el cerebro no tiene espacio para crecer y podría provocarle en éste una serie de problemas.

En el cuidado de los bebés no hay que ser alarmistas, por tanto sólo en el caso de que la fontanela de tu hijo permanezca hundida o excesivamente abombada, sin motivo aparente, es cuando debes acudir con urgencia al pediatra.

Ana Aznar
Asesor: Doctor Pedro de León Molinari. Pediatra. Director de la clínica Asistencia Integral Pediátrica.

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