La música es una de las formas de arte más expandidas en todo el mundo y que cuenta con muchas formas. Todos tenemos un estilo, o una canción, que despierta en nosotros unas emociones concretas. Y es que, según los expertos, la música es capaz de actuar como regulador emocional. Y desde el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona se nos invita a conocer todos los sus beneficios.
Y es que, según estos profesionales la música es algo que forma parte de nuestras vidas desde nuestros orígenes, que nos ha acompañado incluso antes de nacer. Entre las semanas 8 y 12 de embarazo el bebé ya reacciona a los sonidos y vibraciones que recibe desde el exterior. Por ello, y otros motivos que se verán ahora, se recomienda que diversos ritmos estén presentes en la vida de los hijos.
Beneficios cognitivos de la música en los niños
La música presenta varios beneficios a nivel neurológico que se muestran en diferentes fases del desarrollo cognitivo tras el nacimiento. Estos ritmos favorecen la neurogénesis, es decir, la producción de nuevas neuronas. Esto ayuda a impulsar diferentes procesos cognitivos en la persona y que, incluso, presentará beneficios a muy largo plazo para prevenir enfermedades del tipo Alzhéimer.
Estos son otros beneficios que hay que reseñar de la educación musical, en el terreno cognitivo:
– Favorece el aumento de la capacidad nemotécnica, de atención y de concentración.
– Facilita la resolución de problemas matemáticos y de razonamiento mental complejo.
– Promueve nuevas vías de expresión y por tanto, de canalización de las emociones.
– Al ser una actividad a combinar con el baile u otras actividades físicas, favorece el desarrollo muscular, el control del equilibrio, la estimulación de varios sentidos a la vez, etc.
– La música también fuente inagotable para la estimulación de la creatividad.
– Fomenta una mejor autoestima.
– Facilita los vínculos personales y el desarrollo de habilidades sociales.
– Contribuye a agilizar la rapidez con la que el cerebro es capaz de procesar el habla y por tanto, ayuda a que el sistema auditivo del niño sea más eficiente.
Aproximaciones del niño a la música
Desde las edades más tempranas los niños se pueden beneficiar de ciertos estímulos sensoriales que favorezcan su desarrollo. Estos son algunos momentos en la evolución de los hijos y sus efectos positivos:
– Desde el nacimiento. Al nacer, el niño reacciona ante cualquier estimulación sonora modificando su estado de reposo y en determinadas situaciones haciendo movimientos en busca de la fuente sonora.
– A partir del año. Alcanzada esta edad, pequeños son capaces de hacer música mediante canturreos o balbuceos. Conforme vaya creciendo estos sonidos irán incorporando el ritmo en su reproducción. Así mismo, y a nivel motor, con esta edad los niños suelen reaccionar ante la música con balanceos, inclinaciones de cabeza, giros de muñeca, elevación de brazos, etc.
– En torno a los dos años, los niños ya son capaces de manipular instrumentos sonoros o de generar sonidos con objetos, incluso con el fin de acompañar a melodías improvisadas.
– De los 2 a los 3 años los hijos ya presentan una mayor coordinación psicomotriz y una respuesta rítmica más acorde con la música que escucha. A partir de esta edad, los pequeños son capaces de cantar como actividad auxiliar al juego.
– Entre los 3 y los 4 años los niños aumentan la coordinación y la variedad de movimientos, permitiendo al pequeño simular incluso algunos pasos de danza.
– De los 4 a los 5 años ya comienza a desarrollarse la capacidad de memorización de melodías y de letras de canciones, cada vez más largas. En algunos casos, el niño será capaz de componer sus propias canciones, desarrollando de este modo su creatividad e imaginación en el ámbito musical.
– Hacia los 5, o los 6 años se mejora el tono y la capacidad de canto, disponiendo de capacidad para reproducir canciones, corregirlas y memorizarlas.
Damián Montero
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