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María Solano

7 pasos para estudiar de forma eficaz

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Nos preocupa enormemente la elección de colegio. Le dedicamos largas tardes de nuestra vida a debatir y meditar sobre el modelo educativo, sobre la opción del bilingüismo, el uso de nuevas tecnologías o incluso los valores que se adquieren en la práctica de un deporte. Y sin embargo, en muchas ocasiones, olvidamos un elemento educativo que es fundamental, quizá el más importante: ¿les hemos enseñado a estudiar?

Podríamos entrar en el debate de a quién corresponde la tarea, si a los padres o a los centros educativos. Pero no lo voy a hacer. Como en tantas otras áreas formativas, la clave del éxito radica en la cooperación.


Pero el camino no es sencillo, porque para poder enseñar a estudiar hay que saber estudiar, y no todo el mundo sabe.


Puede ocurrir que alguien que no sepa estudiar saque buenas notas: esfuerzo, suerte, memoria a corto plazo son algunos de los elementos que pueden propiciar este resultado. Pero todos los que saben estudiar sacan buenas notas y, además, necesitan hacer un esfuerzo menor para conseguir resultados mejores y recordar lo estudiado a largo plazo.

¿Saben Estudiar Nuestros Hijos?
Foto: ISTOCK 

El método de estudio empieza, naturalmente por la organización. El tiempo se debe administrar de modo que se estructure el estudio en el curso, en los trimestres, en las semanas, en cada tarde, incluso en cada rato. Pero muchas veces dejamos ahí la tarea de estudio. José Pascal, fundador del Instituto Pascal de Técnicas de Estudio (institutopascal.es), recuerda que hay siete pasos necesarios para un buen estudio y señala que, por desgracia, la mayoría de los estudiantes no supera el segundo o el tercero:

1. Prelectura: llevar trabajado desde casa con antelación el material que el profesor va a explicar en el aula permite utilizar las clases para responder a dudas, y no para un primer conocimiento de la materia.

2. Lectura: después de haber asistido a la explicación de la lección, se vuelve a hacer una segunda lectura en profundidad, comprendiendo lo que se lee y situándolo en el conjunto del tema.

3. Análisis: se repasa cada párrafo y se extrae la palabra clave que lo define. Hay que huir por completo de los subrayados en los que se marca todo el texto. No permiten abstraer lo fundamental.

4. Síntesis: a través de la simplificación, se organizan de manera sencilla y visual las palabras clave que se han descubierto en el proceso de análisis. El alumno tiene que aprender el tipo de síntesis que más conviene en cada caso: esquemas, resúmenes, mapas conceptuales y mentales, organigramas*

5. Memorización: no se trata del antiguo sistema de estudio memorístico en el que el objetivo era repetir al pie de la letra textos no interiorizados, sino de recordar jerarquías y prelaciones que permiten al alumno no olvidar ningún aspecto de un tema. Se pueden utilizar reglas nemotécnicas.

6. Repaso: el estudiante tiene que establecer un calendario de repasos en los que, tras la primera sesión de estudio, no volverá a necesitar recurrir a los textos originales, sino que le bastará con sus esquemas. Es la única forma de recordar a largo plazo.

7. Autoevaluación: la revisión de los contenidos que se han ido estudiando permite mejorar en la aplicación de las técnicas empleadas y subsanar los errores que se localicen.

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