Publicado 21/06/2012 10:45

Embarazo y primeros años de vida

La paternidad-maternidad empieza antes de que el bebé nazca, incluso antes del embarazo. Cuando jugamos a las muñecas, imaginamos como serán nuestros hijos, soñamos sobre nuestra relación con ellos o nos prometemos no repetir determinados errores.

Sabemos que tener un hijo supone un cambio de vida, ¿pero hasta donde? El embarazo y la crianza, sobre todo en los primeros años, exigen que los papás dejen, en gran medida, sus necesidades y deseos en un segundo planopara ocuparse de los de su hijo.

Esto se debe a que el niño es un ser dependiente que de manera progresiva va adquiriendo las capacidades que le harán autónomo. Otros animales al nacer han llegado a un desarrollo mayor, los elefantes pueden ponerse de pie, los delfines pueden nadar, etc. Sin embargo, el ser humano necesita una compleja y lenta maduración posparto, esto se debe a que por las dimensiones físicas del bebé humano no podría pasar por el canal vaginal tras la completa maduración del cerebro.

Durante este proceso de gestación exterior, son los papás los que han de cubrir aquellas funciones que el niño no es capaz de hacer por si mismo todavía.

Esta tarea supone una dedicación a tiempo completo en los primeros meses de vida del bebé, ya que es absolutamente dependiente, no puede transportarse, alimentarse o protegerse por sí mismo y necesita que sus padres le presten estas habilidades. Pero a medida que desarrolla las capacidades cognitivas, afectivas y motoras permite que los papás puedan irse poco a poco distanciando.

Esta progresiva separación supone un importante reto en la crianza, ya que para los papás en ocasiones es complicado saber qué situaciones requieren su ayuda y cuáles no. ¿Cómo podemos saber si un niño está preparado para realizar una actividad el solo?

La autonomía es un proceso que el niño va a adquirir de manera creciente, a través de dos variables: el desarrollo madurativo del niño (general y personal) y la práctica. Por ejemplo, un niño de dos meses no tiene la posibilidad de caminar, su desarrollo motor no lo permite, por mucho que lo ensayemos.

Debido a que los aprendizajes en estas etapas suelen ser complejos, los papás pueden permitir que el niño realice pequeñas partes de la acción con su supervisión. A medida que éste consigue realizarlas de manera correcta podrá asumir otras de mayor dificultad.

Es necesario que los padres estén presentes hasta que se aseguren de que puede realizar la acción el solo. Esta guía nos sirve para todo tipo de actividades: comer, bañarse, salir solo, etc.

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