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Afortunadamente, la mayoría de las lesiones en el parque se resuelven fácilmente con una tirita, un abrazo o un beso. Sin embargo, pueden ocurrir lesiones más graves, incluyendo contusión o conmoción cerebral. Aunque con el paso de los años los parques se han vuelto más seguros gracias a la instalación de superficies blandas debajo de las áreas de juego, la tasa de lesiones sigue aumentando.
Jugar al aire libre es una parte importante del desarrollo infantil. Mientras juegan, los niños refuerzan su desarrollo físico practicando su equilibrio, flexibilidad, fuerza, velocidad y resistencia. Además, al estar al aire libre, lejos de pantallas y equipos digitales, los niños a aprenden otras formas de entretenimiento.
Asimismo, la socialización inherente al juego en el parque infantil que ocurre mientras los niños usan el mismo espacio y los mismos juegos fomenta hábitos saludables relacionados con compartir, con el concepto de equidad y cooperación.
Seguridad para los niños en los parques infantiles
Podemos ayudar a reducir el riesgo lesiones siguiendo algunas pautas sencillas al llevar a nuestros hijos al parque infantil:
1. Leyendo los carteles del parque para saber si los juegos son adecuados para la edad del niño.
2. Comprobando que el parque tenga un material blando debajo de las áreas de juego, como virutas de madera, arena o caucho.
3. Inspeccionando las instalaciones para asegurarnos de que están en buen estado de funcionamiento y tienen barandillas adecuadas para evitar caídas.
Ideas para un juego seguro en el parque
Además, los padres podemos reducir el riesgo de accidente enseñando a nuestros hijos unos cuantos hábitos saludables que ayudarán a su desarrollo. ¿Cómo hacerlo?
1. Enseñando a los niños a identificar y reaccionar correctamente al sentimiento de miedo. El miedo es un instinto natural de auto-preservación que los humanos tienen para evitar el peligro.o Algunos miedos hay que superarlos, mientras que otros temores están destinados a evitar accidentes. Los padres pueden enseñar a los niños a identificar su miedo y evaluarlo para ayudarles a tomar la decisión correcta.
2. Llevando a los niños a un parque apropiado para su edad y sus posibilidades. Evita llevar a los niños a parques con juegos demasiado avanzados para ellos.o Ver a otros niños en un juego que es demasiado avanzado para su habilidad natural puede llevar a algunos niños a participar en actividades para las que sus cuerpos y mentes no están todavía listos, lo que puede resultar en lesiones.
3. Vigilando el grupo de niños que juegan juntos e intervenir si alguno de ellos está alentando prácticas inseguras. Nosotros podemos redirigir a los niños hacia actividades más seguras.
4. No ayudando a los niños a acceder a equipamientos o juegos que no pueden manejar de forma independiente. Poner a los niños en situaciones de las que no pueden salir por sus propios medios aumenta el riesgo de lesiones.o Muchos de nosotros, con la mejor intención, ayudan a sus hijos a subir más alto, columpiarse más rápido, o acceder a equipamientos a los que el niño no podría llegar de forma independiente. Esto crea situaciones en las que los niños no están seguros y, si no estamos atentos el 100% del tiempo, podemos encontrarnos con lesiones o caídas.
Cabe señalar que es imposible evitar completamente el riesgo de accidentes infantiles por contusión o conmoción cerebral. Si los niños caen desde una altura elevada o salen despedidos con fuerza de los columpios o de los tiovivos mientras juegan, no dudes en llevarlos al médico para que les examine.
No obstante, el tiempo en el parque fomenta el juego al aire libre que es beneficioso para el bienestar físico y mental y para el desarrollo social de los niños. Como padres, podemos propiciar estos beneficios promoviendo el juego físico varias veces por semana a la vez que reducimos el riesgo de lesiones siguiendo estas sencillas indicaciones.
Deanna Marie Mason. Experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Paternidad proactiva. Apoyo profesional para la familia moderna. Acaba de lanzar su segundo libro: "Cómo educar adolescentes con valores".
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