Categorías:

¿Hogares alegre e hijos felices? Evita caer en la lástima: 10 trucos que alejan la pereza y la procrastinación.

Tabla de contenidos

Sentir lástima no es la mejor de las emociones hacia nuestros hijos porque merma su templanza y su fortaleza. Y si piensan que no los creemos capaces, se hunde su autoestima y cae su resiliencia.

La tentación es fuerte. A veces nos da pena todo lo que tienen que hacer nuestros hijos. Pero cuando sentimos lástima por ellos, sin darnos cuenta, les estamos trasladando la idea de que son víctimas y, sin darnos cuenta, les restamos fortaleza para hacerle frente a la vida.

Y, si reflexionamos un poco sobre ello, la mejor manera de conseguir un hogar alegre en el que los hijos sean felices es evitar estar sufriendo anticipadamente por todo lo que tienen que hacer. Los retos, grandes y pequeños, con alegría, se gestionan mucho mejor.

Te dejamos diez claves para reflexionar

1 Madrugar es duro, pero el día les da mucho más de sí.

A veces da pena despertarlos tan temprano. Si pudieran dormir más… pero entonces vamos con prisas, perdemos los nervios y no hacemos todo lo que queríamos.

2 Estudiar es pesado, pero es una inversión en futuro.

Sí, vuelven cansados después de tantas horas de colegio y extraordinarias, pero el esfuerzo que siembran hoy dará su fruto el resto de sus vidas. Es una inversión.

3 Las verduras no apetecen, pero son mucho más sanas.

Ya, es mucho más fácil no oír sus quejas, pero la buena nutrición cuando están creciendo es la garantía para que tengan mejor salud cuando sean adultos.

4 Encargarles tareas de casa es hacerlos responsables.

Es verdad que ya tendrán tiempo de estar atareados, pero ahora no les cuesta adquirir buenos hábitos y se sentirán muy orgullosos de ser tan responsables.

5 Un error o un tropiezo es la ocasión para recomenzar.

Deja la pena atrás, que no te dé lastima esa caída porque la mejor manera de avanzar es comenzar y recomenzar con alegría tantas veces como sean necesarias.

6 Una injusticia es un buen momento para la resiliencia.

La vida no siempre es justa y hay muchas contrariedades sobrevenidas. Molestan, pero si caemos en la tentación de la lástima perdemos el foco de todo lo bueno que pasa.

7 Con esa mala nota del cole entienden la autoridad.

Quizá el profesor ha sido muy duro o no ha explicado bien, pero puede que no estudiáramos suficiente o nos hayamos distraído. Es bueno aprender a obedecer.

8 Cuando no ceden a la pereza evitan la procrastinación.

La expresión “ay, pobre, déjalo que estará cansado” es una fuente de problemas futuros porque se habitúan a no hacer las cosas cuando toca y justifican la pereza.

9 Si a ti te dan lástima, ellos se dan lástima y se paran.

Eres su mejor ejemplo. Si verbalizas todo el rato lo duro que es vivir, sólo verán lo negativo, pensarán que lo adecuado es evitarlo y no tendrán fuerza de voluntad.

10 Da igual todo lo que pase: hogar es siempre alegría.

En casa evitamos la lástima porque la sustituimos por mucha alegría, enormes cantidades de amor, de acogida y de cariño para acompañar en la vida.

Y una lectura recomendada

Ataduras que liberanAtaduras que liberan. Una guía para transformar nuestras relaciones y descubrir el verdadero yo

C. Terry WarnerAlmudena Ligero Riaño

Este libro hace hincapié en esos sentimientos negativos que muchas veces afloran y que está en nuestras manos dominar.

Por fin se publica en español este libro que lleva varios años siendo enseñado, debatido y prestado a familiares, amigos y compañeros.

La vida puede ser bella y nuestras relaciones con los amigos, el cónyuge y los compañeros, tremendamente satisfactorias. Pero también pueden provocarnos dolor, frustración, ansiedad e ira. Todos conocemos la diferencia entre sentirse abierto, generoso y a gusto con la gente y estar receloso, tenso y a la defensiva.

¿Por qué razón nos quedamos atrapados en las emociones negativas, si está claro que la vida es mucho más plena y rica cuando nos libramos de ellas? Ataduras que liberan es un libro que aporta soluciones para las emociones conflictivas abordando el problema de raíz. Aprenderás que todos somos responsables de sentimientos como la ira, la envidia y la inseguridad, de los que solemos culpar a los demás.

Aunque nos dé miedo admitirlo, en realidad se trata de una buena noticia. Si somos nosotros los que producimos dichas emociones, detener-las está en nuestra mano.

«Quiero aprovechar esta oportunidad para decirle a todo el mundo que en este libro encontrarán una clave indispensable para el crecimiento personal y para conseguir unas relaciones verdaderamente satisfactorias. Me ha inspirado mucho su mensaje». STEPHEN R. COVEY, autor de Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas

María Solano Altaba

Directora de Hacer Familia y profesora de la Universidad CEU San Pablo

Otros artículos interesantes