Actualizado 29/11/2016 10:02

La desigualdad de la mujer en el ámbito laboral

La desigualdad en el ámbito laboral de la mujer
Foto: HACER FAMILIA Ampliar foto

Desde que entran hasta que salen del ámbito laboral, las mujeres sufren innumerables discriminaciones en el trabajo. La desigualdad laboral acompaña a las mujeres desde que tienen edad para incorporarse al mercado, haciéndose notar con: salarios mínimos, mayores tasas de paro, menores tasas de ocupación y de actividad y condiciones laborales precarias.

Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, madres, abuelas, tias, hijas... ¡Este es vuestro día! Aunque en la realidad, un solo día se queda corto para celebrar la lucha constante, diaria y sin descanso de estas mujeres en la construcción de una familia, en la conquista del mercado laboral y por la lucha de su libertad de pensamiento y elección. Los pasos para el reconocimiento total de la mujer en el ámbito laboral son lentos, pero avanzan. Aún sigue siendo perseguida por la discriminación y por el machismo, y por si fuera poco, incluso algunas llegan a sufrir acoso sexual en sus empleos.

Discriminación en el trabajo

La discriminación laboral a muchas mujeres, que sufren más que los hombres las contrataciones precarias, los bajos salarios, el paro y las pocas prestaciones por desempleo. 

Contratación precaria y a tiempo parcial

Las mujeres concentran un poco más del 40 por cierto de contratación según el informe Las mujeres en el mundo del trabajo y la economía, elaborado por la Unión General de Trabajadores (UGT). Además, con la crisis, ha aumentado la contratación de las personas a tiempo parcial siendo especialmente predominante este hecho en las mujeres.

Desigualdad salarial

Una mujer trabaja 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre. Según el estudio realizado por la UGT. Entre 2008 y 2011 los hombres han ganado un promedio de 6.000 euros más que las mujeres cumpliendo el mismo trabajo. Un salario de las mujeres que supondría el 77,5 por ciento de la paga de los hombres.

Dificultad de conciliación

Las mujeres retrasan el momento de ser madres cada vez más, ahora la edad media está en los 32 años. Esto es debido a que desde 2012 las prestaciones por maternidad han caído un 11 por ciento, según informa la UGT. Por ello, una de cada cuatro mujeres tuvo que reducir su jornada laboral para cuidar de sus hijos y casi un 40 por ciento de mujeres ocupadas, han dejado el trabajo durante más de un año para atender a sus hijos.

El embarazo en el trabajo

La mujer trabajadora que se queda embarazada no solo piensa en las consecuencias que tendrá en su cuerpo, los cambios de humor y de ánimo y el malestar que conllevará los nueve meses siguientes. Además, se le añade el problema de comunicárselo a su jefe. Y es que, según un estudio realizado por Clearblue son un 20 por ciento las mujeres que recibieron una respuesta negativa por parte de sus jefes a la hora de comunicarles la noticia de su embarazo, frente a un 26 por ciento que recibieron ayudas y facilidades laborales. Por esta situación, son una de cada diez mujeres las que deciden alejarse del ámbito laboral para dedicarse al cuidado exclusivo de sus hijos.

Más paro femenino

La crisis azota con mucha más fuerza a las mujeres. La mayoría de las mujeres han perdido un empleo que era indefinido y el grupo más afectado comprendía entre los 30 y 39 años. Además, la destrucción del empleo femenino, se concentra en el sector publico, donde el 72 por ciento de las bajas de empleo, desde la aprobación de la reforma laboral, han sido por mayoría femenino.

Las mujeres tardan más a la hora de conseguir otro empleo

Después de perder el empleo, las mujeres tienen más dificultades a la hora de conseguir el siguiente y se convierten en paradas de larga duración.

Ellas cobran menos

Las mujeres suponen el 68 por ciento de la población asalariada con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional (641 euros mensuales). Estos sueldos tan bajos son los que sustentan al 90 por ciento de los hogares con un adulto e hijos, que al depender de la mujer y por los riesgos que esto conlleva en nuestra sociedad, afrontan un mayor riesgo de pobreza.

Noelia de Santiago Monteserín

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