La estadounidense Ainsley Sioux reside en Fort Collins, Colorado, y es el vivo retrato de su madre. Cuando era más joven ya tenía sus ojos, su nariz y sus pecas, pero ahora también ha heredado su pecho, su estatura y sus mismas curvas. Nada particular si no fuera porque Ainsley es todavía una niña de 9 años que entró en la pubertad sin haber cumplido los 6. Fuente: El Confidencial