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Por qué es tan importante cuidarse para que podamos cuidar y educar en calma

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Cuidarnos, cuidarse, cuidarlos. Tener calma para educar en calma y estar en calma. El auotocuidado no es egoísmo sino entrega. Cada cual sabe cómo debe cuidarse y encontrará su modo. Puede ser deporte, puede ser oración, puede ser lectura… pero cuidarse es imprescindible para poder cuidar de los nuestros.

Entrevistamos a Adelaida Abruñedo, autora de 49 cosas que debes enseñar a tus hijos antes de los 16 (Espasa, 2025). Y es de esas personas que transmiten alegría. Sus consejos, llenos de sentido común, son, además, tan prácticos, que se pueden aplicar.

Estamos preparando la entrevista completa que te daremos en Hacer Familia, pero iremos dejando por aquí alguna de las muchas píldoras que nos dejó mientras desgranábamos la vida misma, con sus dificultades y sus muchas más alegrías.

La vida en los hogares es alegre, como tantas veces recordamos en Hacer Familia, pero eso no significa que sea perfecta. Es más, está llena de imperfecciones. Pero no pasa nada. No nos va a salir todo bien.

Es más, es importante que sepamos no llegar a todo para guardar tiempo y espacio para que los padres cuidemos también de nosotros mismos. Porque sin ese autocuidado, no tenemos la actitud adecuada para educar desde la calma, para no perder los nervios, para evitar caer en el chantaje emocional, para escuchar y respetar sin saltar ni imponer.

Cuidarnos es conocernos, saber cuáles son nuestros límites, esforzarnos en ellos, y determinar en qué momentos parar es toda una victoria.

Para este y otros muchos consejos de Adelaida Abruñedo @2positivekids, síguenos en Hacer Familia.

1 Los padres respondemos en función de nuestro ánimo.

Y tenemos que tener mucho cuidado, porque si estamos agobiados y estresados, transmitiremos agobio y estrés, si estamos tristes, responderemos con tristeza.

2 Si nosotros tenemos calma, educaremos con calma.

El reto no es sencillo porque implica recolocar constantemente todas las circunstancias para no perder la paz y transmitir la tranquilidad que necesitan.

3 El autocuidado empieza por el autoconocimiento.

Necesitamos saber bien cómo somos para saber qué nos recarga de energía, qué nos devuelve la calma y qué nos hace detonar, para tener el control de las emociones.

4 No debemos tener miedo a conocernos de verdad.

A veces nos da miedo pensar que la persona que creemos que somos es distinta de la que los demás ven o de la que queremos ser. Pero sin conocernos, no avanzamos.

5 Aprendemos a gestionar nuestras emociones.

Los padres nos podemos enfadar, o estar tristes. No somos ni queremos ser robots. Pero las emociones no pueden cambiar nuestra forma de educar.

María Solano Altaba
Directora Hacer Familia y profesora Universidad CEU San Pablo

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