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7 juegos en casa para todas las edades para Hacer Familia

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Jugar juegos de mesa en familia es mucho más que una simple actividad de ocio; es una inversión en la conexión y el desarrollo familiar. Al sentarse juntos alrededor de la mesa, se crea un espacio libre de pantallas y distracciones digitales, lo que permite una interacción directa y de calidad. Estos momentos compartidos, llenos de risas, emoción y a veces sana rivalidad, se transforman en recuerdos duraderos e inolvidables. Es una oportunidad para que padres e hijos se vean en roles diferentes, celebrando victorias juntos y apoyándose en las derrotas, fortaleciendo el vínculo emocional y la sensación de pertenencia.

Desde una perspectiva de desarrollo de habilidades, los juegos de mesa son una herramienta educativa excepcional y divertida. Fomentan el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la planificación estratégica, ya que cada jugador debe evaluar sus opciones y predecir los movimientos de los demás. Además, contribuyen a mejorar la comunicación efectiva, la paciencia y la capacidad de concentración, habilidades cruciales tanto para la vida académica como para la social. De esta manera, sin darse cuenta, los participantes ejercitan la mente mientras se entretienen, haciendo del aprendizaje un proceso orgánico y placentero.

Finalmente, los juegos de mesa enseñan importantes valores sociales y de convivencia de una manera práctica. Los jugadores aprenden sobre la importancia de seguir reglas, de esperar su turno y, crucialmente, de aceptar la derrota con deportividad y celebrar la victoria con humildad. Esta dinámica de juego limpio y de respeto mutuo establece un ambiente de confianza y equidad. Al interactuar en un entorno estructurado pero lúdico, la familia practica la empatía y la negociación, habilidades esenciales que se trasladan positivamente a las interacciones diarias fuera del tablero.

1 Juegos de mesa.

Los clásicos o los modernos. Siempre triunfan. Y cuanto más se juegan, más nos gustan. Además, enseñamos valores muy importantes, como la resiliencia o la empatía con el prójimo.

2 Cartas de toda la vida.

Que no se pierdan nuestros juegos de siempre porque son buenísimos para el desarrollo cerebral y, además, se lo van a pasar genial con toda la familia, abuelos incluidos.

3 El parchís y la oca.

Sí, sencillos, pero es que siguen siendo muy divertidos. Enganchan y son fáciles de jugar desde que los niños son muy pequeños porque las reglas son muy simples. Les encantará.

4 Un Stop personalizado.

El juego de las palabras, y añadimos algún ingrediente más como “nombres de personas de nuestra familia”. Desarrolla sus habilidades lectoescritoras y aprenden a gestionar el tiempo.

5 Adivina con dibujos.

O con mímica. Dos equipos y buenas ideas es todo lo que necesitáis para estos juegos de siempre que suelen generar grandes tardes de risas compartidas y recuerdos felices.

6 Fútbol mesa de interior.

Esa mesa de la cocina y algo plano que resbale bien es suficiente para inventarse un buen campo de fútbol en el que ir metiendo goles. Lo malo es que se cae mucho el “balón” por la banda.

7 Escondite inglés “de salón”.

“Un dos tres, al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”. Y el que llega al final del salón, gana. Al que le pillan moviéndose, vuelve atrás. Todo un aprendizaje de tesón, prudencia y valor.

Lectura recomendada

Yo juego, papá trabaja. Cómo transmitir a los niños el valor de las cosas bien hechas

Esther JoosAna Wesolowski

Los juegos de los niños constituyen una de las claves para fomentar la calidad y el valor del trabajo que en su futuro.

Desde que nacen, los diversos juegos, actividades y encargos que realizan los niños, lejos de ser meros pasatiempos, les van educando en la satisfacción que producen las cosas bien hechas. Por eso constituyen una de las claves de la calidad y el valor del trabajo que desempeñarán en el futuro.

En una era tecnológica en la que se busca minimizar el esfuerzo, los niños pueden perder de vista la alegría, el reto y la satisfacción de las actividades bien hechas.

A partir de sus experiencias, mediante recomendaciones prácticas y concretas para niños de todas las edades, la autora busca inspirar a padres y profesores en la transmisión de este legado.

Esther Joos Esteban es doctora en Filosofía y experta en infancia, familia y educación en valores. Profesora en la Escuela de Educación y Desarrollo Humano (Universidad de Asia y el Pacífico), ha publicado numerosos artículos sobre los abusos verbales, las conductas adolescentes y la protección de la infancia.

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