Adviento. La preparación de la Navidad. Y estamos a unos pasos de la Nochebuena. Se tiene que notar. Estamos alegres porque Jesús, un año más, nace en el portal para salvarnos, para enseñarnos el camino hacia el cielo.

Para que la Navidad no sea sólo una fiesta del consumismo, necesitamos vivirla en plenitud, prepara ese camino en familia y que nuestros hijos la sientan como suya.

Y una buena manera es mostrar, con los pequeños detalles de la vida cotidiana, la alegría de vivir, la alegría de sabernos vivos, la alegría de sentirnos hijos de Dios.

Te proponemos unas ideas sencillas para que vivamos la Navidad con verdadera alegría.

1 Alegría sentida, no fingida.

Porque de verdad somos conscientes de lo que significa para nosotros la Navidad: que Dios envió a su hijo para salvarnos y abrirnos el cielo.

2 Rezar nos vuelve alegres.

Porque cuando hacemos oración (en familia, cada uno…) somos capaces de ordenar nuestras prioridades, vivir con paz y confiar en Dios.

3 La alegría en los detalles.

No hace falta estar de fiesta para construir un hogar luminoso y alegre. Son los pequeños cotidianos los que marcan la diferencia.

Recomendación literaria

La alegría de mi familia

Enrique Jiménez Lasanta, Maribel Lechuga

La familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad, como ha dicho el Papa Francisco en la Amoris Laetitia, es decir, «La alegría del amor». Aquí se cuentan algunas de esas ideas a los niños para que las conozcan y las pongan en práctica en su casa y así su familia parezca un rinconcito del hogar de Nazaret, el hogar de María, José y el Niño Jesús.