Tomar el sol: quemaduras solares, lunares y pecas
Tomar el sol: quemaduras solares, lunares y pecas - STOCKBYTE

La exposición prudente al sol es saludable, nos permite sentirnos enérgicos al entrar en contacto con la naturaleza. Además, el sol es necesario para que nuestro organismo genere Vitamina D y ayuda a tratar enfermedades como vitíligo o psoriasis. Pero el sol puede también llegar a tener efectos negativos en nuestra piel, siendo el mayor la aparición de un melanoma.

El sol es la mayor fuente de  radiación ultravioleta  que ofrece tres tipos de luz: visible, radiación infrarroja y ultravioleta. Dentro de este último tipo, se distinguen tres bandas según la longitud de su honda: UVA, UVB y UVC.

A diferencia de los rayos UVC que no llegan al suelo, los conocidos como rayos UVA son los de mayor longitud que penetran en las capas más profundas de la piel. Son los responsables del bronceado inmediato, del envejecimiento de la piel y son los que crean mayor riesgo para el cáncer de piel. Los UVB afectan a las capas superficiales y son los que causan el bronceado retardado y las quemaduras.

Qué hacer ante las quemaduras solares

Las quemaduras solares se producen en la piel dependiendo del tipo que sea, de la estación del año en la que nos encontremos, de la altura sobre el nivel del mar y sobre la latitud. Cuando nos quemamos por un exceso de exposición al sol, la piel se enrojece, se hincha e incluso nos puede llegar a provocar ampollas, fiebre y escalofríos. Es muy importante ser precavidos y utilizar cremas solares siempre que vayamos a la playa, la piscina o incluso al salir de paseo para evitar estas consecuencias, tanto adultos como niños, cuya piel es mucho más sensible.

La doctora Raquel Novo, dermatóloga del Hospital HM Universitario Montepríncipe, de Madrid afirma que no tiene sentido estar quemándose o haberse quemado ya y echarse crema protectora, pues ya no tendrá efecto ninguno en nuestra piel: "Hay que retirarse del sol e irse para casa porque esa piel ya está quemada, es una quemadura superficial de primer grado que lo último que necesita es seguir exponiéndose al sol".

Cuando ya estamos en casa a salvo de los rayos de sol, el tratamiento de la quemadura depende del grado que tenga. Hay que intentar refrescar la piel, usar cremas hidratantes, emolientes suaves o after sun que suele llevar sustancias calmantes. "En casos más severos puede ser necesario la aplicación de medicación en forma de corticoide tópico o acudir a un médico para que lo vea" aconseja la doctora Novo.

Tomar el sol con lunares y pecas

Todas las personas de raza blanca tenemos lunares y pecas en mayor o menor medida por tendencia genética. Muchos nos preguntamos cuál es la mejor forma de proteger esos lunares del sol para prevenir posibles consecuencias.  Cuando los lunares que a primera vista pueden resultar más problemáticos han sido vistos por un dermatólogo y calificados como benignos, podemos aplicar la misma crema protectora que usamos para el resto de la piel.

En cambio según la doctora Novo," aquellas personas que por antecedentes familiares o personales ya tiene una incidencia de melanoma o hay lunares que un dermatólogo ha calificado como displásicos, es decir, aquellos que tiene potencial de malignización no deben exponerse al sol en la misma medida que lo hace la gente que no lo tiene".

Existen unos parámetros dados por La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) para poder identificar si un lunar puede haberse transformado en un melanoma. El primer síntoma es  un cambio en la forma, color y tamaño del lunar preexistente, aunque a veces puede aparecer una nueva lesión en la piel. Para el diagnóstico de un melanoma, se suele seguir la regla "ABCDE": 

- Asimetría. La forma de una mitad no es igual a la de la otra mitad.

- Borde irregular. Los bordes son, con frecuencia, desiguales, borrosos en su contorno.

- Color. Tonos de negro, castaño y tostado pueden estar presentes. Pueden verse también zonas blancas, grises, rojas, rosadas o azules.

- Diámetro. Hay cambio en el tamaño, en general un aumento. Los melanomas pueden ser pequeños, pero la mayoría tienen más de 6 milímetros de ancho.

- Evolución. El lunar ha cambiado en las últimas semanas o meses.

Ana Vázquez Recio
Asesoramiento: doctora Raquel Novo, dematóloga del Hospital HM Universitario Montepríncipe

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