Cómo proteger la piel de los niños del sol
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La piel de los niños menores de 2 años tiene rasgos anatómicos y funcionales que la hacen más susceptible a los daños de la radiación UV, principal causante de los daños en la piel, y se recomienda que no se expongan al sol, aunque su rutina a esta edad lo hace complicado.

En la actualidad, el riesgo de melanoma en la infancia es bajo, y representa entre el 2% y el 3% del total de melanomas. Sin embargo, este riesgo se incrementa con la edad, de forma que el 85% de melanomas por debajo de los 20 años se concentran en el intervalo entre los 15 y los 19 años.

Características de la piel infantil

1.   La piel de los bebés y niños menores de 3 años no debe quedar expuesta a la radiación solar directa porque causa estrés circulatorio en el niño.
2.   La función de barrera de la capa de la epidermis de los niños está poco desarrollada, lo mismo que su pigmentación
3. La piel del bebé es cinco veces más fina que la piel del adulto.

Según indica la Dra. Cristina Nuñez, especialista en Dermatología del Hospital La Milagrosa, la educación para la salud es la herramienta más efectiva para que los niños adquieran hábitos saludables que perduren toda su vida. Estos hábitos incluyen la fotoprotección adecuada, junto con barreras físicas como la utilización de prendas adecuadas, gafas solares, gorras, etc.

En el caso de los niños más pequeños, los protectores solares deben ser mínimamente irritantes, con escaso o nulo potencial de sensibilización y que no se absorban por la piel. También es importante que no irriten los ojos (los niños se frotan la cara). Por otro lado, resulta fundamental que permitan una fotoprotección de amplio espectro, preferentemente duradera, resistente al agua y a la actividad física, condiciones habituales de empleo a esta edad.

Consejos para proteger la piel de los niños del sol

1.   Aplicar a los niños protección solar durante todo el año (incluso en los días nublados), incluidas las orejas, labios, nuca... El factor de protección solar de una crema amplía el tiempo que la piel tarda en quemarse. Pero, ¿Cómo funciona? El factor de protección solar 10 multiplica por 10 los minutos que una piel tarda en quemarse. Así, protegida, la piel no se quemará hasta que transcurran 100 minutos. No obstante, se recomienda no permanecer al sol más del 60 por ciento del tiempo que otorga la protección.
2.   La elección del factor de protección depende del tipo de piel y del lugar donde vayamos a tomar el sol. El inicio de las vacaciones, tanto en la playa como en la montaña, requieren un factor de protección más alto, ya que, por un lado tanto la arena de la playa como la nieve reflejan los rayos solares, y por otro, la intensidad de la radiación UV aumenta con la altitud, un 10 por ciento cada 1.000 metros.
3.   Utiliza cremas de fotoprotección específicas para niños que están libres de fragancias, parabenes y colorantes. Estas cremas han sido testadas específicamente en niños con dermatitis atópica y son extrarresistentes al agua.
4.   Beber líquidos de forma continua y no exponerse al sol en las horas centrales del día, horas de máxima radiación.
5.   Cubrirse la piel bien con ropa y elementos protectores (gorra, camisetas, gafas de sol adecuadas*), en las horas en las que los rayos solares son especialmente intensos, es decir, entre las 11.00 y las 16.00 horas. Aprovecha la sombra y evita la exposición directa al sol.

Dra. Cristina Núñez. Dermatóloga del Servicio de Dermatología del Hospital La Milagrosa, de Madrid.

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