Que la imagen de la familia de Belén nos haga transformar nuestro propio hogar en el lugar de la alegría.
Que sepamos mirar al cielo y no reducir nuestra vida a lo que tenemos aquí en la tierra.
Que confiemos en Dios como José y María lo hicieron, para traer a Jesús por nuestra salvación.
Que llenemos nuestra vida de la verdadera esperanza que da sentido a cada día.