Las imágenes violentas, de guerras como la que se desatado en Ucrania, de conflictos y de terrorismo que los niños ven en la televisión, en el periódico, los comentarios que escuchan de nosotros, en el colegio y en la calle, generan en los niños desesperanza, inseguridad y también acrecientan impulsos agresivos, como respuesta a la tensión e incertidumbre.
La actualidad pasa a toda velocidad las imágenes y las noticias de la violencia en el mundo, pero deja un poso, sobre todo en los niños: el miedo. Temen, tememos, que nos pase a nosotros. Entonces, ¿cómo explicar a los niños que existe el mal en el mundo?
La cruda realidad de la violencia en el mundo
Entre los 8 y los 12 años, los niños están en una edad en la que comienzan a reflexionar, a hacerse preguntas, a valorar lo que es justo e injusto, y nosotros, los padres, tenemos que acompañarles en esa reflexión y en esa formación, ayudarles a tener espíritu crítico. Se encuentran en un periodo evolutivo en el que distinguen y separan la realidad de la fantasía.
Por eso, este proceso de «abrirse a la realidad más cruda del mundo» debe realizarse con información adecuada, educativa y sin crudeza pesimista o tremendista. La angustia tiene una cara negativa que lleva a la desesperación, pero tiene otra positiva, que nos hace ponernos en marcha y salir de nosotros mismos. Esa es nuestra esperanza.pueda entender ni menos de lo que necesite.
Cómo dar explicaciones a los niños sobre la violencia y las guerras en el mundo
Ante las preguntas de los niños sobre la violencia en el mundo, el por qué de las guerras y de los enfrentamientos armados, los atentados…, saber cómo debemos reaccionar los padres es fundamental para evitar alimentar su miedo.
1. Decir la verdad: a los niños no se les debe ocultar qué ocurre en el mundo, no debemos engañarles diciéndoles que las guerras, los conflictos, la violencia y el terrorismo no existen. Buscan en sus padres una explicación de lo que ven, escuchan en la calle, entre sus compañeros. Nosotros además, también debemos exponerles la realidad de la vida, del mundo. Evitar contarles que existen tragedias, no es bueno para ellos. Les estaremos ocultando la realidad. Así, debemos explicarles las cosas de la manera que lo entiendan sin que les genere angustia. Siempre hay que adelantarse y explicarles lo que ha ocurrido a que se enteren por otro lado.
2. Con cariño y sin crudeza: la mente de un niño es todavía sensible, inocente. Por eso, busca respuestas reales, pero no descarnadas, ni frías, ni trágicas, ni negativas. Siempre anhela esperanza y optimismo. Así es como debemos explicarles las cosas, con calma y sin dramatismos, aunque en ocasiones nosotros veamos la realidad muy negra. Frases como «este mundo no tiene solución, no estamos seguros en ninguna parte», no ayudarán a nuestros hijos, todavía vulnerables, que buscan en nosotros refugio y estabilidad. La manera con que nosotros nos enfrentemos al problema, les influenciará totalmente.
3. Sin demasiadas imágenes: para explicarles la realidad, no es necesario que tengan que observar explícitamente en la televisión o en el periódico las guerras, los muertos, el dolor.. En cualquier caso, también hay que ir conociendo a nuestros hijos. No es lo mismo que vea las imágenes de «niños-soldado» con 7 años, que con 12. También hay que conocer su carácter, cómo se impresiona y como le afecta. En cualquier caso, los especialistas apuntan que siempre es mejor explicarles los sucesos, los actos de terrorismo antes que ver esos hechos por la televisión. Y además, los informativos actuales, tan sensacionalistas, no son la mejor manera para explicar a nuestros hijos de estas edades la violencia en el mundo. A partir de los 10 años, iremos observando a nuestro hijo si está preparado para ver un telediario en el que han muerto varios niños por un acto terrorista.
4. Sin causarles frustraciones ni odio: tampoco podemos explicar a nuestros hijos que hay gente horrible que ponen bombas sin ningún escrúpulo. Les causaremos terror e inseguridad. El mal existe y hay personas que hacen cosas malas, que**están enfermas, pero hay muchas más personas buenas que no quieren hacer daño a los demás. Por esta razón, el expresar opiniones pesimistas y discriminatorias acerca de otros países, de los inmigrantes, de otras personas, etc., repercute negativamente en los niños. Producen sentimientos de desesperanza, acrecientan el miedo, incentivan la violencia e impiden al niño imaginar soluciones constructivas y confiar en su país.
5. Dejándote que te pregunte: déjale que saque de su mente todo lo que le aterra, todo lo que le preocupa o le ha causado temor. Ayúdale a reflexionar, a tranquilizarse y a preguntarse por el mal y por el bien. Si observas que su comportamiento es más agresivo, es posible que reaccione así por miedo a la situación y lo mejor será conversar con él sobre lo que siente y piensa.
Gisela Zapata. Psicoterapeuta.
Asesoramiento: Carlos Goñi y Pilar Guembe, profesor y pedagoga, y autores del libro ¡Es fácil ser padres!
Más información en el libro Libertad y tolerancia en una sociedad plural. El arte de convivir. Autor Alfonso Aguiló.
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