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6 razones por las que en casa (también) nos tenemos que hablar con respeto y cariño

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Corren malos tiempos para la amabilidad. No está de moda. Ya nadie se esfuerza en hablar con respeto y cariño. Ni dentro, ni fuera de casa.

Pero hablar con respeto y cariño es fundamental para construir un ambiente adecuado sobre el que levantar nuestro hogar.

Además, si en casa nos acostumbramos a hablarnos con respeto, a nuestros hijos no les costará nada hablar con respeto en cualquier otra circunstancia fuera de casa.

A veces, corremos el riesgo de que el exceso de confianza provoque que no nos tratemos con el respeto que merecemos. Por eso es tan importante cuidar este hábito, para que se convierta en virtud.

Te damos seis claves muy sencillas para que el respeto esté muy presente en tu familia:

1 Sólo si nos acostumbramos a hablar con respeto en casa, lo haremos fuera.

Lo que se vive es lo que se hace sin pensar. Por eso, el hábito de hablarse con educación y respeto se debe adquirir en el hogar, para que sea fácil de usar fuera.

2 Hablar con respeto es una muestra del amor que nos tenemos en casa.

Tenemos que ser respetuosos con todo el mundo y muy especialmente con las personas que más queremos y más nos quieren: ese es el prójimo próximo.

3 Cuando hablamos con respeto el buen ambiente en el hogar: da gusto estar.

Cuando nos hablamos bien incluso en los pequeños detalles, generamos un entorno amable que propicia que estemos a gusto en nuestro hogar, en familia.

4 La amabilidad invita a la amabilidad y la promueve. Somos amables, nos hablamos con respeto.

Si generamos un ambiente en el que lo habitual es que todos seamos amables, causaremos un beneficioso efecto contagio que hará que no nos cueste nada serlo.

5 La comunicación es más sencilla con mejores formas, desde el respeto.

En familia, no todo lo que tenemos que decir es positivo. Cuando hay que corregir o limitar, las buenas formas demuestran el cariño profundo que nos mueve.

6 Ser amables y hablarnos con respeto nos hace más felices.

El tono de voz que utilizamos, las palabras que elegimos para tratarnos, influyen en nuestro estado de ánimo y en el de los demás. Así hacemos familia.

Lecturas recomendadas:

Sáez, Benigno y Crespillo, Antonio. ¡Compórtate! Para vivir con estilo.

Hay quien piensa que la autenticidad consiste simplemente en actuar con espontaneidad, sin embargo, los buenos modales son necesarios en las relaciones sociales, pues en realidad, sin ellos, no manifestamos verdadero respeto por los demás. Y para ser personas bien educadas no basta con tener cierta sensibilidad, se requiere también aprendizaje. Con este manual de buena educación pretendemos formular una serie de principios de urbanidad y reglas generales de cortesía que hagan la vida más agradable a los demás y, en definitiva, nos hagan mejores personas y más felices.

Sarráis, Fernando. Familia en armonía.

El principal componente de una familia feliz es el amor entre todos los miembros, pero en especial de los esposos. El amor es un tesoro que hay que cuidar y mimar todos los días. Las personas, cuando se sienten queridas, se sienten valiosas y su autoestima es positiva. Una autoestima positiva es la base de la seguridad e independencia emocional de las personas que son psicológicamente maduras. Se quiere lo bueno, y lo muy bueno se quiere mucho. Por eso conviene luchar todos los días por mejorar, y no cansarse de enseñar y animar a los hijos a ser buenos, para que sean queridos por los demás y por ellos mismos.

En las familias armónicas la complicidad es elevada (hay colaboración) y los conflictos son muy escasos; para esto es importante aprender a sufrir con buen humor, sin dramatizar, pues la convivencia produce muchos roces que hacen sufrir.

Todos los miembros de la familia tienen que estar muy mentalizados de que lograr una familia feliz es más importante que tener éxitos en el mundo extrafamiliar, pues muchas veces se pone a la familia, y las tareas familiares, en un segundo o tercer plano. Cuando hay problemas familiares se sufre mucho y mucho tiempo, y vale más prevenir que curar.

En Familia en armonía, el Dr. Sarráis intenta ayudar a los esposos a amar con intensidad, fidelidad y perseverancia, de forma que el vínculo matrimonial sea un motivo de felicidad para los esposos y la base de una educación para la madurez y autonomía de sus hijos.

María Solano-Altaba

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