Actualizado 01/12/2014 15:11

Cómo actuar frente a los niños agresivos

Cómo actuar frente a los niños agresivos
Foto: THINKSTOCK Ampliar foto

¿Nuestros hijos presentan conductas agresivas?  Y nosotros los padres, ¿cómo los orientamos al respecto? Si en casa tenemos una "pequeña fierecilla", te interesará saber cómo actuar frente a los niños agresivos. Para poner freno a la agresividad de nuestro hijo, tendremos que poner en marcha un pequeño "plan de choque".

Con estas pautas y consejos aprenderás cómo actuar frente a los niños agresivos y de esa forma reconducir esa agresividad. 

En primer lugar, si mordió a alguien (un hermano, por ejemplo), procederemos a curar la herida. Lo primero es atender a la "víctima". Después, convendrá que al "agresor" le expliquemos con mucha calma que lo que ha hecho no está bien.  Lo que no debemos hacer nunca es castigar al niño con amenazas o pegarle por su conducta agresiva. Si lo hiciésemos, le estaríamos enviando mensajes contradictorios: Pegar está mal, pero te doy tres azotes por portarte mal.

Más alternativas para padres y niños

Precisamente por ello, debemos probar con otras alternativas. Una de ellas es intentar aislarle cuando se muestre agresivo. Podemos decirle, por ejemplo, que se quede en su cuarto o en una esquina del jardín o parque un buen rato. Así, mientras se aburre sin juguetes, podrá pensar en lo mal que se ha portado. Otra opción es intentar reforzar la conducta contraria elogiándole cada vez que sea agradable y correcto con los demás.

Si la agresividad de nuestro hijo sólo aparece cada vez que quiere conseguir una chuchería, debemos procurar mantenernos firmes. Por mucho que llore o grite, por mucho que se tire al suelo o se ponga a patalear, no debemos ceder. Cuando se canse de gritar, le haremos ver con cariño que con esa actitud no va a conseguir nada.    

Motivos que influyen en la agresividad infantil

En el caso de que a pesar de nuestros esfuerzos la conducta de nuestro hijo no mejore, quizá sea más conveniente que analicemos si puede haber algo en la dinámica familiar que no funcione: un nuevo hermanito que le haga sentir celos, ausencias prolongadas de papá y mamá, imágenes de la televisión que le afectan demasiado... Respecto a esto último, debemos tener en cuenta que, ni podemos dejar a los niños solos con la televisión sin saber qué están viendo, ni que los dibujos animados están siempre "limpios" de violencia.

Por último, habría que pensar si la actitud de nuestro hijo puede tener un origen genético o hereditario, con lo que convendría que consultásemos con un especialista. De todos modos, no nos angustiemos precipitadamente. Éstos suelen ser casos aislados, por lo que debemos considerar antes otras posibilidades antes de agobiarnos innecesariamente pensando en esta opción.

Consejos para ayudar a niños agresivos

- Para evitar que la agresividad de nuestro hijo vaya a más, conviene que pongamos ciertos límites desde el principio. Frases como "pegar está mal" o "no lo hagas" repetidas una y otra vez pueden ser básicas para comprender que su actitud no es la correcta.

- Si nosotros le damos azotes cuando se porta mal, lo más probable es que nuestro hijo termine por hacer lo mismo por pura imitación. Evitemos confundirle con mensajes contradictorios. "Pegar está mal" y papá y mamá tampoco lo tienen que hacer.

- Una cosa es regañarle cuando pegue a un niño y otra diferente es avergonzarle en público. Cada vez que tengamos que ponerle "los puntos sobre las íes", procuraremos hacerlo en privado.

- Cuando haya mordido o pegado a alguien, le diremos que lo que ha hecho está muy mal y le reñiremos por ello, pero no recurramos a frases tan dolorosas como "ya no te quiero, eres un niño malo". Esta actitud puede provocar mucha inseguridad y tristeza en nuestro hijo.

- A veces es fácil prever que está a punto de iniciarse una pelea. En estos casos, lo mejor es intentar distraerle cambiando de juego o actividad. Así, lo más probable es que termine olvidando el motivo de su disgusto.

- Una buena forma de luchar contra la agresividad es elogiar la conducta contraria. Si alabamos a nuestro hijo cada vez que se comporte de una forma agradable y correcta, es seguro que con tal de hacernos felices procurará comportarse cada vez mejor.

- Cuando el hijo se comporta de una forma agresiva, es importante buscar la causa. En la mayoría de los casos, una vez que se soluciona el motivo, desaparece la agresividad.

- Debemos tener en cuenta que nuestro hijo está empezando a adquirir ciertas cotas de autonomía. Quiere independizarse poco a poco de sus padres y este proceso es bueno para él. Para no frenarle en su evolución, debemos permitirle resolver algunos de sus enfrentamientos, siempre que no haya un peligro físico real para él. En cada caso, esperaremos unos segundos antes de actuar. Quizá la trifulca quede en nada.