Actualizado 23/07/2015 13:51

'Inside out', la película desde una perspectiva neurocientífica

Inside Out, la película
Foto: DISNEY Ampliar foto

Con una fuerte base científica, Disney consigue retratar en "Inside Out" (Del Revés) la relevancia de las emociones en la memoria, toma de decisiones y comportamiento, así como en lo mas profundo de lo que define quienes somos, nuestra personalidad.

Como olvidar el maravilloso retrato de una vida en pareja como aquella ilustrada en "UP". Con su énfasis en lo pequeño y los detalles, logra expresar de manera muy acertada las peripecias de la vida y el amor entre dos personas. Este éxito de Pixar se refleja también en su ultima obra "Del revés/ Inside out". 

Del revés, el argumento

El padre de Riley acepta un nuevo trabajo en San Francisco por lo que se muda del frio y  familiaridad de Minnesota a una cálida y ajena ciudad donde la pizza lleva brócoli y las casas no tienen tanto espacio para jardines. "Del revés", usando como lienzo el cerebro de Riley, una niña de 11 años, ilustrando de manera muy didáctica y acertada como cinco emociones primarias colaboran en desarrollar su personalidad.

La edad de 11 años es clave ya que es en este momento en el que hay un cambio de protagonismo en la predominancia emocional donde la alegría deja de ser el la emoción de mayor presencia y se da paso a emociones mas complejas.

La complejidad de los protagonistas

Los protagonistas de "Del revés" son la personificación e interacción de las 5 emociones alegría, tristeza, furia, miedo y desagrado en el "centro de control mental" de Riley. Estos personajes viven con Riley mientras navega en una nueva ciudad y evoluciona ante un mar de emociones como son ser la nueva en el colegio, echar de menos una vida establecida que no volverá a ser, tener celos de ser reemplazada, perder sus amistades, etc.

La historia de la película

La historia detrás de la película tuvo su origen en 2009 cuando Pete Docter, director de la película, empezó a notar un fuerte cambio en  la personalidad de su hija. A raíz de esto, Docter consulto con varios expertos en psicología y neurología para desarrollar una historia que explicase el comportamiento emocional responsable de estos cambios. Tras hacer muchas investigaciones Docter y el guionista Michael Arndt consiguieron un guion exitoso y fiel a la realidad científica del mundo emocional. Desde la época de Darwin se ha estudiado la existencia de emociones primarias y de manera genérica se aceptan seis emociones como básicas ya que se pueden observar en múltiples culturas y áreas geográficas, por mas aisladas y pequeñas que puedan ser y muestran el mismo patrón de expresión no verbal. Estas son: furia, miedo, desagrado, alegría, tristeza y sorpresa. Sorpresa no aparece en la película, no obstante esta ausencia no afecta a la ingeniosidad del guion.

Desde un punto de vista evolutivo, las emociones básicas buscan perpetuar la especie. Es de la combinación de estas emociones básicas donde surgen el resto de emociones humanas. Al inicio de la vida de Riley existe solo "la alegría" y es ella la que ayuda a crear la primera memoria, una memoria de alegría del sentimiento de protección y seguridad al estar con sus padres. La alegría es esencial para la supervivencia al marcar como importante aquello que nos da protección y aceptación. La segunda emoción que llega al centro de control es la tristeza. Si bien la tristeza puede parecer a simple vista como poco práctica, como se ilustra en la película, acaba siendo la heroína del centro de control y ayuda a Riley a madurar. Posteriormente aparece el miedo, el encargado de que seamos cautos y tomemos un minuto o dos para pensar antes de actuar, como verificar si un camino es seguro o si un fruto es venenoso. La siguiente emoción en aparecer es asco, cuyo origen esta en la evitación de contacto con organismos que causan enfermedad, en la elección de una futura pareja y el establecimiento de la moralidad.  Por último, aparece la furia que resalta la existencia de un problema, una injusticia y que mueve a buscar una solución.

Una perspectiva neurocientífica

El cerebro humano alcanza un 90% del tamaño adulto a los 6 años de edad, pero aun tiene un largo camino por delante. Los estudios de neuroimagen demuestran que el cerebro adolescente no es igual al de un niño mayor o un cerebro adulto a medio desarrollar. El cerebro adolescente es único y es caracterizado por su constante mutabilidad y múltiples conexiones inter-regionales. El sistema límbico, el encargado de las emociones, se intensifica durante la pubertad. Por lo contrario la corteza pre-frontal, la encargada del control de impulsos, no termina de madurar hasta los 25 años.

Estos cambios neuronales en la pubertad también reflejan modificaciones en la personalidad o "auto concepto". Ilustrado de manera sencilla y muy grafica, la personalidad de Riley esta compuesta por recuerdos básicos:  su amor por la familia, el hockey, su lado gracioso, su mejor amiga y la honestidad. Estos recuerdos básicos se ven modificados a lo largo de la película de tal manera que su personalidad se redefine e incluso evoluciona aumentando su nivel de complejidad e introspección.

Durante la pubertad y adolescencia sucede una redefinición de quienes somos, es un momento de conocimiento y restablecimiento de aquello que nos importa. Así mismo, es en esta época donde empieza la capacidad de razonamiento abstracto. Los conceptos que manejamos dejan de ser tan unidimensionales y las situaciones dejan de ser blancas y negras. Aparecen los matices y todo esto puede ser muy confuso. Las mismas emociones empiezan a fusionarse en complejos sentimientos que muchas veces no sabemos definir. Otro éxito didáctico de esta película es su retrato de este proceso.

La naturaleza de las emociones

Es solo natural pensar que el cerebro de Riley se ve gobernado por las emociones, efectivamente, a los 11 años de edad, es en el centro emocional donde la mayoría de decisiones y pensamientos se originan. Ante la nueva situación de una mudanza a una nueva ciudad, el sistema límbico es quien toma el protagonismo de la situación. Muy en acorde con muchos estudios científicos, es a esta edad donde las diferentes emociones básicas adquieren mayor protagonismo. La película hace un bosquejo acertado de cómo alegría intenta compensar toda tensión o problema, pero sus esfuerzos no son siempre fructíferos. Es aquí cuando se ilustra el fenómeno del recuerdo emocional. Si bien una memoria puede ser codificada como positiva, eso no significa que al recordarla esta valencia no pueda cambiar al ser ahora asociada a un sentimiento de nostalgia, perdida y luto.

Disney también expone de manera acertada como durante el sueño, los recuerdos y experiencias vividas durante el día pasan a consolidarse en la memoria a largo plazo. Una memoria se crea y se estabiliza en cuestión de segundos. Pero es durante los periodos de sueño que estas se enriquecen y se integran al entrelazado de memorias que ya poseemos.  No todas las memorias se recuerdan en igualdad de condiciones. Hay una multitud de factores que facilitan el recuerdo  y acceso a diferentes memorias, entre ellos se encuentra el afecto.

Hacia el final de la película, la tristeza cobra protagonismo al ser quien consigue que Riley acepte su necesidad de apoyo familiar y reconocer sus sentimientos ante abrumadores cambios. Es en la tristeza donde se encuentra gran parte de nuestra naturaleza social humana. Es la manera innata que tiene nuestro ser de pedir ayuda o apoyo de otros. Su expresión abarca un gran abanico de posibilidades no verbales y no obstante muy efectivas como el llanto, suspiros, ojos caídos, cejas fruncidas, o postura de encogimiento de hombros y espalda hacia delante. A raíz de este momento se crea una nueva memoria central sobre la familia. Un recuerdo triste y alegre, una fusión de que en el dolor hay comprensión y amor, de que la familia esta en las buenas y en las malas y que esa aceptación y seguridad que antes definía la familia sigue en pie, aunque a veces signifique la inevitabilidad de aceptar situaciones difíciles como una mudanza indeseada.

Al final de la película, un año mas tarde en la vida de Riley, se aprecia como la mesa del centro de control ha cambiado, como la pubertad ha llegado y como las emociones tienen que adaptarse a este nuevo sistema. Esta muy acertada metáfora de lo que es el paulatino desarrollo del área pre-frontal se ve en la confusión y comportamiento torpe de las emociones al actuar.

Si bien la mente es extremadamente compleja y su funcionamiento es aun un misterio en muchos sentidos, "Del revés" consigue explicar de una manea divertida y entrañable el funcionamiento de la memoria y las emociones. Educativa en muchos niveles, "Del revés" es una película tanto para mayores como para niños, ofreciendo un acertado insight sobre como las memorias y las emociones tienen un gran papel en formar gran parte de quienes somos.

Maite Balda Aspiazu. Psicóloga y Máster en Neurociencias Cognitivas

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