Los límites son como un mapa de ruta que les ofrecemos a nuestros hijos. A medida que crecen, van aprendiendo gracias a los límites: lo qué es "sí", lo qué es "no" y lo qué es "tú eliges", porque hay cosas que son opcionales. Los límites no obligan a la persona, los límites marcan rutas. Son mapas, y uno puede tomar una ruta u otra, pero lo importante es saber que existen rutas diferentes y que ese niño, de nuestra mano, aprenderá a decidir con la práctica diaria, guiado por nosotros.