Uno de las peores experiencias que se pueden vivir es acercarse a la cuna de nuestro bebé y descubrir que, sin causa aparente, ha fallecido. Aunque cada año se producen en España entre 370 y 550 fallecimientos por muerte súbita (de cada mil bebés entre 1 y 1,5 fallecen por este motivo), esta tragedia puede prevenirse y evitarse en muchos casos, siguiendo sencillas recomendaciones de los pediatras.