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La etapa comprendida entre los 0 y los 3 años se caracteriza por ser un momento de crecimiento y desarrollo muy intenso y rápido. El juego en estas edades es una necesidad básica que permite a los niños y niñas explorar el mundo, aprender, expresarse y divertirse.

En este sentido, los juguetes son herramientas que facilitan el juego y tienen que estar adaptadas a las capacidades, intereses y necesidades de los niños. Por eso, desde Cavall de Cartró, recomendamos seguir una serie de criterios para elegir los más adecuados en cada edad, entendiendo los beneficios que aportan en cada una de las etapas evolutivas del niño.

5 criterios esenciales a tener en cuenta en la elección de juguetes

A la hora de elegir entre las diferentes opciones debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

La seguridad. Deben cumplir con las normativas de seguridad vigentes, no contener piezas pequeñas o punzantes que puedan ser ingeridas o causar heridas, y estar hechas con materiales resistentes, no tóxicos y fáciles de limpiar.

La edad. Deben estar adaptadas a su momento evolutivo, teniendo en cuenta sus habilidades motrices, cognitivas, emocionales y sociales. Como educadores, tenemos que evitar que sean demasiado fáciles o demasiado difíciles, puesto que pueden provocar aburrimiento o frustración.

El género. No deben ser estereotipadas, etiquetadas o enmarcadas en roles de género, sino que deben fomentar valores como la diversidad, la igualdad y la libertad de expresión. Tenemos que poder ofrecer una variedad de juguetes que les permitan explorar diferentes ámbitos, actividades e identidades.

La educación. Deben ser educativas, es decir, que estimulen su crecimiento integral, que favorezcan el aprendizaje de conceptos, habilidades y valores, y que promuevan la creatividad, la imaginación y la curiosidad.

El placer. El objetivo es que generen satisfacción, alegría y motivación, a la vez que respetan el ritmo, los gustos y las preferencias del niño. Por otro lado, debemos ofrecer un espacio y un tiempo adecuados para jugar libremente, sin presiones ni interrupciones.

Beneficios que aportan los juguetes

Cabe destacar que los juguetes son muy importantes para el desarrollo de los niños de 0 a 3 años, puesto que aportan los siguientes beneficios:

Estimulan los sentidos. Si tienen colores, formas, texturas, sonidos u olores diferentes, ayudan a desarrollar la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto, y a mejorar la percepción y la discriminación sensorial.

Fomentan la movilidad. Si se pueden mover, arrastrar, empujar, lanzar o coger, favorecen la psicomotricidad gruesa y fina, así como la coordinación óculo-manual. 

Potencian la inteligencia. Si implican resolver problemas, clasificar, ordenar, contar, encajar o construir, estimulan el desarrollo cognitivo, la memoria, la atención, el razonamiento y la lógica.

Expresan las emociones. Si los juguetes permiten imitar, representar, inventar o crear, facilitan el desarrollo emocional, la comunicación, la fantasía y la creatividad.

Favorecen la socialización. Si se pueden compartir y fomentan la cooperación, la competición o negociación, favorecen la socialización, la interacción, la empatía y otros valores en los niños y niñas.

Recomendaciones en función de la etapa evolutiva

De 0 a 6 meses

En esta etapa, los juegos se experimentan principalmente por la boca y la vista, puesto que la vista y el gusto son los dos sentidos con más importancia. Posteriormente, se incluyen otras partes del cuerpo como la cabeza, el cuello, las manos y, por último, las piernas. En este sentido, algunas recomendaciones son:

Material no estructurado. Son materiales que no tienen una forma o una función definida, y que permitan al niño o niña explorarlos libremente. Por ejemplo, telas, cuerdas, cajas, etc.

Material sensorial. Son materiales que estimulan los sentidos del niño y que tienen diferentes colores, formas, texturas, sonidos u olores. Por ejemplo, sonajeros, espejos, juguetes de goma, musicales, etc.

De 6 a 12 meses

En esta etapa, aparecen los primeros juegos con objetos, donde el niño se los acerca a la boca a modo de exploración. En esta edad se crean juegos monótonos y repetitivos en busca de un mismo resultado satisfactorio. Algunos juguetes recomendados son:

Botellas sensoriales. Botellas de plástico transparente que contienen líquidos, arena, arroz, lentejas, botones, lentejuelas u otros materiales que hacen ruido, se mueven o brillan. Permiten al niño o niña observar, escuchar y manipular.

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Panera de los tesoros. Se trata de una panera o una caja que contiene objetos o materiales de la vida cotidiana, de diferentes formas, texturas, colores, pesos o sonidos. Permite al niño o niña descubrir, experimentar y seleccionar.

De 1 a 2 años

Entre el primero y segundo año de vida, cambia la acción sobre los objetos por actividad motora. Además, el desarrollo del lenguaje permitirá que el niño interactúe más con el adulto. Algunos juguetes recomendados son:

Juego heurístico. Un juego que consiste en ofrecer al niño o niña una gran cantidad de objetos o materiales de la vida cotidiana, de diferentes formas, texturas, colores, pesos o sonidos, y algunos recipientes o herramientas para manipularlos. Permite al niño o niña explorar, experimentar y crear.

Circuitos psicomotores. Se trata de elementos que se pueden combinar para crear recorridos que implican saltar, gatear, ensartarse, deslizar, etc. Permiten al niño o niña desarrollar la psicomotricidad gruesa, el equilibrio, la agilidad y la confianza.

Psicomotricidad fina. Actividades que implican la utilización de las manos y los dedos para manipular objetos pequeños, como por ejemplo encajar, apilar, recortar, pintar, etc. Permiten al niño o niña desarrollar la psicomotricidad fina, la coordinación óculo-manual y la destreza.

Trasvases. Objetos o materiales que se pueden vaciar y llenar, como por ejemplo recipientes, cucharas, vasos, palas, etc. Permiten al niño o niña desarrollar la coordinación óculo-manual, la lógica y la concentración.

De 2 a 3 años

De los 2 a los 3 años aumentan las habilidades motrices, cognitivas, emocionales y sociales. Imitar, expresar, comunicar, observar, explorar o decidir son algunas de las características en esta etapa. A continuación, presentamos algunos ejemplos:

Juegos de construcción. Contienen piezas de diferentes formas, colores, medidas o materiales, que se pueden unir, separar, apilar o encajar para crear estructuras, figuras, vehículos, etc. Permiten desarrollar la psicomotricidad fina, el razonamiento espacial, la creatividad y la imaginación.

Juegos de rol. Permiten imitar, representar o crear situaciones de la vida real o fantástica, adoptador diferentes roles, personajes o identidades. Contribuyen al desarrollo del lenguaje, la comunicación, la creatividad, la empatía y los valores. Algunos ejemplos pueden ser los disfraces, los títeres, las cocinas o las tiendas, entre otros.

Lógica y memoria. Son juegos o actividades que implican resolver problemas, encontrar soluciones, recordar información, seguir reglas, etc. Permiten desarrollar la inteligencia, la memoria, la atención, el razonamiento, la lógica y la concentración. Por ejemplo, rompecabezas, memorias, laberintos, etc.

Rosa Garcia Roura, especializada en Comunicación e Innovación Pedagógica e integrante del equipo de Comunicación de Cavall de Cartró.

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