Foto:
HACER FAMILIA

Todos hemos oído decir alguna vez a una madre: "mi hijo es alérgico a la leche desde que nació". ¿Es posible? En realidad nada tiene que ver la edad para sufrir reacciones alérgicas a los alimentos. De hecho, entre dos y cinco de cada cien pequeños se ponen malos en cuanto prueban productos tan básicos como la leche, la fruta, el pescado o el huevo.

Llamamos alergia a la reacción del organismo contra ciertas sustancias que éste no reconoce como propias. Cuando el cuerpo entra en contacto con una sustancia de estas características se produce una activación directa del sistema inmunológico, el cual produce unos anticuerpos especiales (IgE específicos) que luchan directamente contra el alimento en cuestión.

La herencia de las alergias alimenticias

En estos casos, la herencia padres-hijos juega un papel importante. Si nosotros, los abuelos de nuestro hijo o varios miembros de la familia padecemos algún tipo de alergia alimenticia, lo más probable es que el niño sufra esa misma alteración, lo que no quiere decir que la alergia aparezca nada más producirse el nacimiento.

Artículo relacionado:
- Alergias alimentarias: lee las etiquetas

Los síntomas de las alergias alimenticias

Hemos de tener en cuenta que hay alimentos con más tendencia a provocar alergias que otros: la leche, el huevo, las frutas, los frutos secos y las legumbres suelen ser algunos de ellos.

Los síntomas que nos indicarán que el niño padece un desarreglo alimenticio serán:

  • 1. Trastornos gastrointestinales tales como vómitos, diarreas, dolor de tripa y retortijones.

  • 2. Reacciones cutáneas con aparición de urticaria, picor, enrojecimiento e, incluso, eczemas en aquellos niños con dermatitis tópicas.

El especialista, el mejor consejero para las alergias 

Si es así, el siguiente paso será acudir a un especialista, que diagnosticará el problema y tomará las medidas que sean necesarias. La mayoría de veces la solución pasa por retirar definitivamente de la dieta del niño el alimento responsable y someterle a revisiones periódicas. También el médico nos confirmará el grado de reacción que provoca el alimento en nuestro hijo.

Hay niños que no pueden ni oler un alimento pues rápidamente caen enfermos si lo hacen. Otros, en cambio, sólo padecen la alergia si ingieren el producto de una forma determinada, crudo por ejemplo. Y es que, algunos alérgenos (sustancias que causan la alergia), desaparecen al ser cocinados.

Consejos para padres sobre las alergias alimenticias

- La alergia a los alimentos puede llegar a ser un factor que desencadene otro tipo de alergias el día de mañana: el polen de las flores, los ácaros, ciertas pieles de animales, las plumas de pájaros...

- Si la alergia a un alimento es muy fuerte, el niño podría llegar a presentar un shock (síndrome producido por una insuficiencia circulatoria aguda). De ahí que sea tan importante el que impidamos que el niño pueda llegar a probarlo.

- Cuando el niño rechaza una comida en concreto puede ser el primer síntoma de aviso frente a una alergia. Estar atentos a este tipo de reacciones suele ser de gran ayuda en la prevención de las alergias.

- Cuando existen antecedentes familiares quizá no esté de más hacer unas pruebas a nuestro hijo antes de ofrecerle el alimento que suele provocar la reacción en nuestra familia.

Marisol Nuevo Espín

Te puede interesar:

- Alergia o asma: consejos para una vuelta al cole segura

- Niños con alergia a la leche

- Las alergias alimentarias no se pueden prevenir

- Alergia a los alimentos o intolerancia

Leer más acerca de: