Actualizado 08/03/2017 12:47

Nativos digitales: 5 reglas de oro para educar a tus hijos

Cómo educar a nuestros nativos digitales
Foto: ISTOCK Ampliar foto

¿Recuerdas un vídeo viral en el que un niño de unos dos años trataba de hacer en una televisión el mismo movimiento de los dedos que se hace en una tableta? Es un hecho que el entorno en el que se desarrollan nuestros menores ha cambiado de manera sorprendente en los últimos cincuenta años y los padres, aunque no somos nativos digitales como ellos, debemos acompañarles y participar en este cambio.

Participación de los padres en el cambio tecnológico

El problema del lenguaje de los nativos digitales es que supone para nosotros como padres e inmigrantes digitales un esfuerzo mayor por nuestra parte.

1.  Necesitamos es perder el miedo a las nuevas tecnologías. Internet es solo un canal, no un mensaje, de modo que Internet no es bueno en malo en sí, es tan bueno o malo como el papel, capaz de contener los mejores recursos infantiles y también las mayores barbaridades. Una buena forma de perder estos miedos a lo desconocido es hacer la prueba de mostrar a nuestros hijos nativos digitales alguno de estos recursos y comprobar su eficacia. En la etapa de Primaria se descubrirán resultados sorprendentes.

2.  Preocuparnos por obtener una formación específica en la materia. Prensky hace mucho hincapié en la necesidad de que los padres tengan una actitud proactiva respecto al uso de las nuevas tecnologías. Porque lo habitual es rehuir cualquier información sobre la cuestión que nos puede llegar sobre la base de que esto no va con nosotros, no estamos familiarizados y nos es ajeno. Esta circunstancia, muy frecuente, supone una dejación de funciones en nuestra tarea de educar, puesto que nuestros hijos van a demandar de nosotros que entendamos el lenguaje en el que se expresan y en el que les exigen que se expresen.

3.  Interesarnos en la búsqueda de contenidos adecuados para apoyar a nuestros hijos en los distintos aspectos de su formación. Por suerte, buscar es una de las capacidades de los nativos digitales que antes hemos aprendido los inmigrantes. Si somos capaces de navegar para encontrar el apartamento perfecto para las vacaciones, mirar la cartelera o comparar las prestaciones de un coche, no nos será difícil acceder a las numerosas webs que ofrecen recursos de aprendizaje en diversas áreas. Hay abundante material gratuito disponible.

4.  El uso de Internet en menores requiere una mayor presencia de los padres. En la generación anterior, un niño que hojeaba con más o menos interés un libro sobre Historia no tenía riesgo alguno de recibir en paralelo material no adecuado, como una revista de adultos.

Sin embargo, si dejamos a nuestro hijo de Primaria solo con un vídeo que explica con divertidos dibujos la pirámide de los alimentos, la rica oferta de Youtubo lo llevará de ahí a otros contenidos, algunos aptos para él aunque no formativos, y otros, sencillamente, inadecuados. Nos obliga a una vigilancia mayor incluso en niños de estas edades que no tendrán la tendencia del adolescente para buscarcontenidos decididamente prohibidos.

Cinco reglas de oro para educar a tus hijos nativos digitales

1. Interesarse: tenemos que evitar la desidia que nos puede generar el desconocimiento. Hay que preguntar a nuestros hijos qué tecnologías emplean y tratar de entender cómo funcionan.

2. Informarse: nuestro compromiso incluye el preguntar a expertos en pedagogía, a los tutores de nuestros hijos y a otros padres, por las edades más adecuadas para cada tipo de contenido. Tenemos que conocer el ritmo que siguen en el colegio y el de otros compañeros.

3. Buscar activamente recursos adecuados: informarse en revistas especializadas en educación, en blogs, a través de los consejos que suministre el colegio, en la prensa y en los buscadores.

4. Estar presentes para guiar: los niños de entre 6 y 12 años tienen una sana curiosidad que les ayudará a ir descubriendo nuevos materiales, pero tenemos que estar disponibles para guiar sus selecciones y evitar que sean inadecuadas.

5. Formar parte de su mundo: tenemos que aprender, aun con acento, el idioma digital porque de lo contrario quedaremos excluidos de una parte fundamental del mundo de nuestros hijos. Esto puede tener graves consecuencias para el conjunto de la familia.

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