Actualizado 22/06/2022 10:47

La infancia es más feliz cuando ambos padres se implican en ella

La importancia de que ambos padres se impliquen en el cuidado de sus hijos
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Un hijo precisa a ambos padres, tanto al hombre como a la mujer. Es cierto que algunas acciones como la lactancia sólo puede ser asumida por la madre, pero la otra figura puede participar mucho en el proceso de crianza de un niño y de hecho aquellos menores que encuentran a ambos progenitores durante su desarrollo manifiestan una mayor felicidad.

Así lo indica un informe de la Academy of Pediatrics en donde se pone de manifiesto que el rol de los padres en la educación de sus hijos puede ser aun mayor que el que se venía desempaño tradicionalmente. Es decir, la figura del hombre en la crianza de un niño debe ser más que un mero sustento económico y participar en otras prácticas como escuchar y atender las necesidades emocionales de los más pequeños.

Compromiso de ambos padres en la educación

Este organismo destaca que la implicación del padre en la crianza de su hijo debe comenzar mucho antes de que este llegue al mundo. La madres que tienen parejas que participan en la gestación tienen menos probabilidad de partos prematuros, y sus recién nacidos tienen menos posibilidades de sufrir de mortalidad infantil. Tras el parto, si bien los varones no pueden dar el pecho, pueden participar calmando y a dormir bien a los menores.

Durante la niñez, la participación de ambos padres supone una enseñanza doble que contribuye al desarrollo de determinadas habilidades como el lenguaje y dos supervisores de su comportamiento. Desde este organismo se recomienda ponerse de acuerdo en un método de crianza para no volver loco al pequeño con dos sistemas distintos.

En la preadolescencia, contar con dos figuras ayuda a que se reduzcan comportamientos de alto riesgo. Los responsables de este informe destacan que en familias con implicación de ambos padres se presentaron menos casos de embarazo en los adolescentes, depresión y mejores desarrollos cognoscitivos.

Un punto de vista distinto

Habitualmente la madre es la única que se implica en el cuidado del hijo. Esto supone que el niño se pierde el punto de vista del padre. Ambos progenitores pueden aportar distintos puntos fuertes a la familia. Un ejemplo es que los hombres papás tienden a jugar con sus pequeños de una manera que introduce la actividad física en la rutina de los más pequeños.

Pero esto no quiere decir que los hombres deban dedicarse únicamente al juego físico con sus hijos. Hay que recordar que tanto el padre como la madre deben ser buenos ejemplos a seguir para los más pequeños, estos quiere decir que los varones deben también asumir la responsabilidad de ser un espejo donde mirarse. Leer de vez en cuando, ponerse de acuerdo con la pareja para marcar unas pautas que todos han de seguir, etc.

Damián Montero

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