Paternidad y felicidad van unidas
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Pese a los problemas y preocupaciones, tener hijos aumenta la felicidad, especialmente en los hombres. La paternidad llena la vida del padre de emociones positivas debido al aumento de las responsabilidades, de la generosidad y del enriquecimiento personal que proporciona la resolución de los posibles problemas.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por un grupo de psicólogos de las universidades UC Tiverside, Standford y British Columbia, donde aseguran que las personas con hijos experimentan una mayor cantidad de emociones positivas que aquellas que no son padres. Asimismo, contradicen la falsa de creencia de algunas sociedades de que los hijos son una fuente de problemas que perjudican el desarrollo personal de los padres y limitan sus relaciones sociales.

La fórmula de la felicidad en la paternidad

Entre las conclusiones del estudio, encontramos que los beneficios emocionales de la paternidad pueden estar relacionados con el aumento en:

- La responsabilidad. Un padre es más feliz pasando la noche en cuidado de sus hijos que otra persona que pasa toda la noche de fiesta divirténdose. La paternidad debe basarse en la responsabilidad. No es buscar los sentimientos positivos a través de los niños, sino centrarse en ser parte del cuidado y educación de los hijos y de socorrerlos cuando lo necesitan.

- El altruismo. El estar pendiente de los cuidados de otra persona fomenta el altruismo y ayuda a dejar de estar tan centrado en uno mismo.

- La resolución de problemas. Los problemas que pueden tener los hijos son fuentes de conflicto pero no un motivo para crear infelicidad en las personas. La resolución de estos problemas creará satisfacción al padre y mejorará la relación.

La paternidad no soluciona los problemas de pareja

No hay que confundir la felicidad que supone ser padre a que se debe de tener un hijo para ser feliz. Muchas parejas con una relación conflictiva optan por buscar un hijo como una contribución para aumentar la felicidad y solucionar sus problemas. Pero ocurre todo lo contrario, porque si la situación actuaal de la pareja es conflictiva, la llegada del nño terminará relacionándose con momentos de dificultades y penurias.

Por este motivo, el contexto en el que llega el niño es fundamental para determinar el estado emocional. La paternidad no es una fuente de felicidad por sí misma. Por ejemplo, “si ocurre por sorpresa cuando realmente no se busca, en un momento de anímico complicado o se fuerza con la pretensión de resolver problemas de pareja, lo único que se conseguirá es potenciarlos todavía más. Al igual que irse a vivir con la pareja cuando la relación pasa por un mal momento, son soluciones equivocadas que provocan el efecto contrario al esperado”, apunta la psicóloga de familia Trinidad Bernal.

Los padres que participaron en el estudio mostraban mayor grado de felicidad y ganas de vivir que el resto de los encuestados que se encontraban sin hijos. Si una persona es madura, mantiene una relación firme y estable con su pareja, y cuenta con apoyo social y financiero, entonces será más que probable que tenga mayor cantidad de emociones positivas y sea más feliz.

Noelia de Santiago Monteserín

Más información en el libro: Corazón de padre, de Osvaldo Poli.
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