Un abrazo es mucho más que un contacto físico entre madre e hijo.
Un abrazo es mucho más que un contacto físico entre madre e hijo. - ISTOCK

El contacto entre padres e hijos es de vital importancia para fortalecer el vínculo entre ambos. Por ello, acciones como un abrazo, son mucho más que un acercamiento físico. Y es que, tal y como indican desde el equipo del centro Neurovid, gracias a ellos se favorece la conexión neuronal e incluso influyen de manera positiva en el sistema inmunológico.

También habría que mencionar otros beneficios, como la transmisión de calma. Hay que recordar que los niños llegan indefensos a este mundo, sin un apoyo y por ello precisan de una protección. Además, también presentan necesidades de calor y emocionales. Es por ello que un abrazo ayuda al correcto crecimiento emocional y físico desde que son pequeños.

Abrazos, una necesidad básica

Los abrazos son básicos en el desarrollo de los niños. Estos aportan seguridad y reconocimiento a los hijos. Un buen punto de partida para fortalecer su autoestima y que se sientan capaces de abrirse paso por el mundo. Además, el contacto físico es importante en la crianza de los más pequeños para que estos puedan evolucionar con unas emociones positivas y afianzar, en el futuro, relaciones sanas.

La falta de abrazos en estas etapas tempranas puede terminar por generar bloqueos emocionales en los niños. Además, la ausencia de este contacto físico también puede dar lugar a los siguientes problemas.

- Estrés, en especial cuando el niño necesita afecto del adulto.

- Ausencia de refuerzos positivos, lo que podría relacionarse con un desarrollo del sistema inmunológico más débil.

- El contacto físico se traduce en estímulos sensoriales, que favorecen una conexión neuronal más fuerte.

El abrazo de los padres

Además, las caricias y abrazos tienen efectos terapéuticos. Como se ha dicho, estos gestos relajan ya que se segrega oxitocina y es más fácil regular los estados de tristeza, además de tener un efecto calmante en los niños. Por otro lado, también es destacable que estos tienen un mayor efecto si proceden de los padres o personas significativas para los más pequeños.

- Se trata de una muestra de cariño y de demostración de valía como personas, forman parte de una misma familia.

- Pasan a ver los abrazos como una rutina saludable dentro de casa, que luego pasarán a introducir en su comportamiento.

- Ayuda a disuadir miedos, aunque los niños no quieran hablar de aquello que les entristece, un abrazo los serena.

Damián Montero

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