Actualizado 21/11/2022 12:04

La psicología de las emociones en Navidad

El manejo de las emociones en Navidad
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La Navidad es una época del año llena de experiencias, repleta de magia y de ilusión. Todas estas experiencias conllevan emociones en los adultos y en los niños. Aunque en un primer momento, todos asociamos la Navidad a emociones positivas, también conlleva emociones negativas. La Navidad es una época de grandes emociones porque las vivencias son más intensas.

Las emociones en Navidad

La experiencia de la primera vez es emocionalmente muy intensa y por este motivo se recuerda con más facilidad. Los mejores recuerdos navideños suelen evocar nuestra infancia. Las vivencias son las mismas, pero lo que hace que sean más intensas son las emociones. Los niños tienen la oportunidad de vivir la Navidad con la magia de la primera vez, y eso les hace descubrir emociones novedosas muy especiales e intensas.

En Navidad es frecuente experimentar muchos tipos de emociones, algunas positivas: alegría, ilusión, sorpresa, amor... y otras negativas: tristeza por los que no están, desilusión por no cumplirse las expectativas, frustración cuando terminan estas fechas, etc. Los niños también experimentan estas emociones y lo hacen de manera más intensa.

En Navidad, emociones a flor de piel

La expectación por los regalos, la vivencia de los símbolos navideños, las comidas y cenas familiares, los besos y abrazos de familiares, amigos y seres queridos, la cabalgata de reyes... son los muchos los acontecimientos que pueden generar intensas emociones en Navidad. Las más comunes son éstas:

1. Alegría e ilusión por el reencuentro con la familia, por los regalos, etc.

2. Tristeza por las ausencias, cuando algún familiar ya no puede estar con nosotros los niños y niñas también experimentan tristeza.

3. Enfado. Las vacaciones y la Navidad suponen una ruptura con las rutinas de los niños y niñas, se acostumbran a hacer lo que quieren y cuando les ponemos límites se enfadan. El enfado suele contrastar con las emociones positivas e idílicas del momento.

4. Frustración, cuando no se cumplen sus expectativas. A veces, esperan muchos regalos y no tienen lo que quieren.

5. Celos. En navidades nos reunimos con otros familiares y aparecen otros pequeños de la familia, a veces los niños y niñas pueden sentir celos por la atención que reciben los otros niños y niñas.

6.  Apatía, tristeza, y desanimo al finalizar las fiestas y tener que retomar la rutina diaria.

El contraste emocional propio de la Navidad

Las emociones son algo natural que aflora en las personas, tanto las positivas como las negativas. Es normal experimentar emociones y todas ellas cumplen su función. Pero en la época navideña ocurre un curioso proceso que afecta a los adultos y también a los niños.

En Navidad tenemos emociones muy intensas y se produce a menudo un gran contraste emocional y un efecto sube y baja de montaña rusa, que puede dejarnos emocionalmente agotados.

Las emociones negativas, se ven amplificadas, ante la obligación de sentirnos especialmente bien en una época idílica.

Consejos para gestionar las emociones en Navidad

1. Intenta mantener tus rutinas. Aunque hagas cosas distintas y especiales y aunque tengamos celebraciones señaladas, es importante en la medida de lo posible mantener ciertas rutinas. Quitando los días señalados o el día que tengamos alguna actividad programada o celebración, mantenemos (más o menos) los horarios de ir a la cama, comidas, etc.

2. Expresa tus emociones y ayúdales a expresar las suyas. Las emociones son algo natural y forman parte de las personas. Es bueno expresarlas y poner nombre a lo que nos pasa por dentro.

3. Procura actividades que ayuden a todos a desconectar y relajarnos como paseos al aire libre, lecturas, ver una película.

4. Recuerda con alegría a los que nos están y ayuda a tus hijos a recordarlos así.

5. Presta atención a sus celos. Cuando hay varios niños en casa debemos procurar evitar actitudes por nuestra parte que alimenten los celos y dedicar un tiempo y espacio a cada niño/a. En el caso de que aparezcan los celos, a veces es inevitable, lo trataremos con naturalidad, evitaremos forzarles para que los repriman.

6. Ten paciencia con todos en estos días y no escatimes en muestras de afecto.

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende. Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.

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