Cuidados para el corazón
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El corazón de los niños es el tesoro que más deben de cuidar las familias. Si nuestro hijo no hace ejercicio, come pizza, bollería o todo tipo de snacks, terminará padeciendo de obesidad o hipertensión infantil, algo frecuente en nuestros días. No frenarlo a tiempo arrastrará enfermedades cardiacas a su edad adulta. Para que cuidemos el corazón de los niños, sólo hay que tener en cuenta tres factores: alimentación, ejercicio y descanso.

El 29 de Septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, fecha designada por la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la OMS y la UNESCO, y qué mejor momento para plantearse si los hábitos de vida que hemos emprendido tras las vacaciones son los adecuados y miman a nuestro corazón y el de los más pequeños de la casa. 

Principales causas de enfermedades cardiovasculares

- La obesidad infantil. Es uno de los grandes males de las sociedades avanzadas que tiene un impacto sobre la salud cardiovascular. Los niños obesos tienen mayor riesgo de presentar hipertensión, colesterol, niveles de glucosa en la sangre, diabetes y un engrosamiento del músculo cardiaco.

- El tabaco. La combinación de nicotina y monóxido de carbono presentes en el tabaco, dispara la frecuencia cardiaca y dificulta la circulación de la sangre. También afecta al corazón de los niños como fumadores pasivos.

- El alcohol. El consumo moderado de alcohol no supone un peligro para la salud, pero si se sobrepasan los límites aceptados, más de dos cervezas o dos vinos diarios, observaremos que afecta directamente al rendimiento del sistema cardiaco.

- No comer de forma saludable. La mala alimentación también es contraproducente para tener un corazón sano. Hay que preparar comidas más sanas lejas de las grasas saturadas.

- No realizar ejercicio físico se convierte en un factor de riesgo, que también puede afectar al corazón de los niños.

- El estrés. Bajar los niveles de estrés y exigencias que tenemos a lo largo del día por causa del trabajo, la familia, situaciones personales... Nos ayudará a mantener un corazón más sano y a ser más felices.

Cómo cuidar el corazón de niños y adultos

Menos sal y azúcar

Es importante reducir el consumo de sal, que provoca hipertensión arterial siendo la principal causa de ictus y una de las más importantes de infartos. Consumir demasiada sal hace que las arterias pierdan elasticidad y se endurezcan, lo que provoca que el corazón sufra y dificulte su trabajo normal.

Por el otro lado, el consumo exagerado de azúcar provoca que el cuerpo no sea capaz de asumirlo. El azucar se transforma en grasa siendo uno de los principales motivos de obesidad.

Más grasas vegetales

El consumo de grasas de origen animal aumenta el nivel de grasas en nuestro organismo. Las grasas saturadas son las que contribuyen a las enfermedades del corazón y las podemos encontrar en los huevos, mantequilla, leche y todos los productos lácteos sin descremar.

Las grasas no saturadas, como el aceite de oliva o la margarina, ayudan a bajar los riesgos de padecer problemas en el corazón.

Consumir pescado azul

Es importante intentar consumir pescado azul como mínimo dos veces por semana para que cuidemos el corazón de los niños. "El pescado azul es rico en ácidos grasos omega 3, que cuando son metabolizados ejercen un abanico de efectos beneficiosos sobre el organismo: disminuye la capacidad de coagulación de la sangre, rebaja la presión arterial y la tasa de colesterol baja, consiguiendo un efecto beneficioso no sólo sobre el corazón sino sobre todo el sistema circulatorio y el cerebro", declara José Manuel Cruz, presidente de la Sociedad Española de Cardiológica.

Aumenta el consumo de fruta y verdura

La fruta y verdura aportan fibra, vitaminas y antioxidantes que sirven de combustible para el buen trabajo de nuestro corazón. Debemos al menos consumir cinco porciones de verduras o frutas al día. Es importante acostumbrar a los niños a comer desde la infancia a comer fruta y verdura para llevar una dieta rica y baja en colesterol y grasa.

La carne sin grasa

Las carnes magras son aquellas que tienen un bajo contenido de grasas. El solomillo, la contra, el lomo, así como la ternera y el buey son las más destacadas.

Noelia de Santiago Monteserín

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