Son tantos los pasos que se dan a medida que una persona
crece y que en el presente pueden parecer tan comunes que ni siquiera reparamos en ellos. Por ejemplo, a nadie se le pasa por la cabeza que un adulto tenga que tener ayuda para
comer, salvo que exista alguna complicación física o psíquica. Sin embargo, hasta para la ingesta de alimentos hay que aprender.