Superan la etapa de Educación Infantil y sus fronteras se empiezan a ampliar. Reciben invitaciones para pasar una tarde en casa de un amiguito o dormir una noche fuera. Nosotros les vamos dando cotas de libertad con cierto miedo porque lo que vean escapa a nuestro control. Y, cuando vuelven, nos acribillan con mensajes sobre cómo es la vida de los otros. "En casa de 'Fulanito' les dejan ver la tele". "En casa de 'Menganito' no se acuestan hasta las diez". ¿Cómo evitamos que la vida de los otros no acabe con la nuestra?