Existe una práctica cada vez más generalizada entre los padres: compartir de manera compulsiva cada paso de sus hijos. Un poco de orgullo, un poco de ligereza, la mayoría de ellos publican imágenes diarias en las redes sociales que muestran a sus hijos realizando diversas actividades: con la intención de aprender a caminar o andar en bicicleta, o simplemente con la cara cubierta de helado.