Con las luces de Navidad parece que a los más pequeños se les activa esa parte del cerebro que les recuerda que se acerca el momento de pedir todo lo que deseen, porque los Reyes Magos o Papá Noel están a su servicio. Mientras, los padres se enfrentan a una etapa de dudas sobre cómo acertar con los regalos de sus hijos al mismo tiempo que negocian para hacerlos entrar en razón y realizan carreras de última hora para cumplir sus sueños.