Estar en casa cada uno con su móvil o su ordenador se ha convertido en algo habitual y la tecnología se ha convertido en una fuente de discusión familiar. El excesivo uso de pantallas es un foco constante de enfrentamientos entre padres e hijos: "Cariño, usas el móvil demasiado", "Papás, nunca me dejáis estar con el móvil", "¿Por qué esta noche no puedo usar el móvil si ayer sí que me dejasteis?". Muchas veces el origen del enfrentamiento se encuentra en la ausencia de
normas tecnológicas, que los niños tienden a interpretar como libertad total.