Actualizado 03/04/2017 10:27

Perseverancia, una voluntad decidida

Perseverancia
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La perseverancia es una de las claves del éxito que se repite en multitud de ejemplos: la voluntad decidida, la firmeza en las decisiones y la constancia para llevar a cabo lo que se tiene que hacer. Esto suele dividir a la humanidad en dos grandes grupos, aquellos que consiguen lo que se proponen y aquellos otros que no se proponen nada porque saben que no van a conseguirlo.

5 claves para alcanzar la perseverancia

1.  Poner una meta alta. Es cierto que todos tenemos condicionamientos que pueden impedirnos realizar aquello que nos proponemos pero hay que poner alta la meta, porque bastante rebajas trae ya el día a día.  En numerosas ocasiones, nos hace grandes sobre todo la constancia en pequeñas cosas y la voluntad decidida de que la gran idea que no puede llevarse a la práctica.

2.  Tomar decisiones. Una de las características esenciales de la persona con éxito es el convencimiento de que ella decide, elige y dirige su propia vida. Quedarse sentados con los brazos cruzados esperando que los problemas se solucionen solos y que pase el tiempo sin más, es la mejor manera de no conseguir nada en la vida. Por ello, hay que tomar decisiones, acostumbrarse a elegir entre opciones, a dirigirse hacia una meta con paso firme.

3.  Elegir el momento adecuado. En situaciones conflictivas, o bajo grandes presiones que nos intranquilizan, el primer paso consiste en recuperar cuanto antes parte de la calma y la tranquilidad que hemos perdido. Nadie puede decidir seriamente acerca de su futuro la misma tarde que le han echado del trabajo, pues probablemente en ese momento percibamos nuestra realidad con una fuerte carga emotiva.

4.  Reafirmarse en las decisiones tomadas. No hay que perder el tiempo en darle vueltas a lo que ya se ha decidido. Cuando tomamos una decisión, lo hacemos teniendo en cuenta unas circunstancias específicas. Con el paso del tiempo estas circunstancias, lógicamente, cambian.
Tenemos que convencernos de que cada decisión surge como resultado de un momento determinado, de la interacción de unas variables específicas y, por lo tanto, en cuanto una de éstas varíe, nuestra decisión sería otra distinta, que habría que tomar en el momento oportuno.

5. Ser inconformista y ampliar alternativas. No hay que conformarse con cualquier cosa. En ocasiones nos metemos prisa para decidir, queremos acelerar nuestra vida, alcanzar el éxito sin antes darnos un respiro. Es decir que nuestras decisiones no tienen por qué precipitarse. No hay que conformarse con tomar una decisión de manera resignada. Hay que seguir buscando alternativas hasta que la decisión se base en algo positivo que nos permita ser felices.

Consejos para conseguir ser perseverante

-  Priorizar las decisiones. Hay que saber distinguir entre las decisiones que se han de tomar con rapidez y las que deben esperar. Decidir por decidir, fuera de su momento oportuno, puede llegar a convertirse en contraproducente. A veces, se trata de establecer un tiempo de reflexión.

-  Huir de la resignación. A veces, puede sobrevenirnos la tentación del desaliento y quizá llega porque pretendemos abarcar demasiado. Es necesario aprender a aceptar las cosas que no se pueden cambiar (ahí no se puede decidir) pero no resignarse a dejar tal cual las que sí se pueden variar.

-   No arrepentirse de una decisión. Las decisiones tomadas no hay que arrepentirse, lo que no quiere decir que todas sean correctas: hay que aceptarlas, teniendo en cuenta las circunstancias de aquel momento. En el caso de que haya ocasionado algún problema, se debe buscar la manera de solucionarlos.

-  Evitar el conformismo. Se debe eliminar del propio vocabulario expresiones que indiquen conformismo o abandono. "¡Qué vamos a hacerle!", "tranquilo, que da igual".

-  Aceptar la decisión. La postura más inteligente consiste en aceptar la decisión como algo único que se elige porque nos parece lo mejor, sin pensar que las otras alternativas eran igual de buenas. Se trata de una decisión buena por el hecho de haberla tomado.

Ricardo Regidor

Ideas tomadas de Alfonso Aguiló, Educar el carácter, Ediciones Palabra y Bernabé Tierno, ¡Atrévete a triunfar! Plaza y Janés.

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