Pueden parecer una gran ayuda para los más pequeños. Los andadores se presentan como un complemento ideal para que los niños aprendan a caminar y puedan moverse por la casa. Sin embargo este artículo se convierte en todo un peligro ya que por un lado no cumplen con su misión, la de favorecer el desarrollo de esta habilidad en los menores, y por el otro se convierten en un generador de accidentes.
Ahora, un nuevo estudio presentado en la revista Pediatrics vuelve a recordar los peligros de los andadores en los más pequeños. Un trabajo que pone sobre la mesa una gran verdad: estos artículos pueden convertirse en un verdadero peligro, en especial en aquellos hogares con escaleras y que evidencian cómo no utilizarlos hace más seguro el día a día de los menores.
Menos andadores, menos accidentes
El estudio titulado Lesiones en bebés relacionadas con andadores en los Estados Unidos ha recogido los datos de accidentes infantiles entre 1990 y 2014. En todo este tiempo un total de 230.676 niños menores de 15 meses fueron atendidos por los servicios de urgencias estadounidenses tras un percance con uno de estso productos.
Los datos del estudio revelan que las lesiones en niños relacionadas con un caminador han bajado un 84,5 % entre 1990 y 2003. Un descenso relacionado con la seguridad voluntaria que apostaba por los centros de actividad inmóviles como una alternativa a los caminadores.
Sin embargo, los responsables de este trabajo indican que la cantidad de accidentes que todavía se registran relacionados con los andadores hacen evidente la necesidad de prohibir estos artículos.
Peligros de los andadores
Los responsables de la Academia Americana de Pediatría también recuerdan los peligros de los andadores para los más pequeños. Riesgos como los siguientes:
– Caídas por las escaleras. Derivados de estos percances se ocasionan huesos rotos y lesiones graves de la cabeza.
– Sufrir quemaduras. Un niño usando un andador puede quemarse al alcanzar objetos situados en lugares alto y agarrar los mangos de las ollas hirviendo o alcanzar los radiadores.
– Ahogamiento. Un niño puede caerse en una piscina o bañera cuando está en el andador.
– Envenenamiento. Alcanzar objetos que produzcan una intoxicación en lugares altos es mucho más fácil en un andador.
Damián Montero
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