Categorías:

Virginia López-Gil: «Fui la única chica en mis dos últimos años de carrera y fue muy duro»

Tabla de contenidos

Cada vez hay más chicas jóvenes que se decantan por formarse en carreras científicas y tecnológicas, aunque todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar una cierta paridad en las aulas. Una de ellas es la madrileña Virginia López-Gil, consultora de Ingeniería de datos en Países Bajos. Virginia estudió Ingeniería de Software en la universidad U-tad, y hoy trabaja en la empresa Xebia Data, en Ámsterdam, donde se encarga de transformar y guiar a las empresas para que puedan utilizar mejor sus datos.

A sus 29 años ya puede presumir de haber trabajado en empresas tan importantes como Accenture, Google (donde con 23 años ya estaba dirigiendo a un equipo de tres personas para el desarrollo de aplicaciones cloud), The Cocktail, Artefact o Tripactions (Ámsterdam), hasta llegar a su empleo actual. Hoy se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas chicas, que tal vez, se estén planteando elegir un grado universitario científico o tecnológico para desarrollar su futuro profesional.

¿Cómo y cuándo descubriste tu pasión por la ingeniería de software? ¿Qué fue lo que te llevó a hacer este grado universitario?
Mi padre me incentivó a estudiar una ingeniería porque hay más oportunidades laborales en este campo. Empecé estudiando ‘Ingeniería de Telecomunicaciones’ en una universidad pública. La verdad es que no me gustó nada, pero me di cuenta de que me interesaba la programación. Por eso decidí cambiarme a ‘Ingeniería del Software’, pensando que en esta carrera daría muchísima más programación. Cuando llegué me encontré que apenas tenía varias asignaturas de programación los dos primeros años. Me desanimó mucho. A parte de eso, no nos daban buenos estándares del código ni nada que fuera estimulante, y eso que programar lo es, y mucho. Creo que ahora mismo la programación lo es todo, es el avance para el futuro, lo que crea los nuevos puestos de trabajo y lo que hace que cambie la mentalidad de las personas. A día de hoy nadie podría imaginar la vida sin su teléfono, tablet u ordenador. Actualmente, todas las profesiones tienen algún programa informático que les ayuda, por lo que la programación se convierte en un pilar fundamental de nuestra vida.

¿Tuviste algún momento de debilidad y estuviste a punto de dejarlo en algún momento? Si es así, ¿cómo lo superarte?
Sí, tuve muchos momentos en los que quise dejar la carrera, pero fue más por cómo las universidades públicas enseñan la carrera; muchas matemáticas y física, solo un poco de programación, con libros desactualizados y sin casos prácticos.

Y lo peor: profesores que van a clase a leer diapositivas y no a mostrar la pasión y las múltiples aplicaciones de este tipo de carreras.

Fueron años muy duros, muy tristes y de muchísimo estrés en los que me planteé cada día que la ingeniería no era para mí. Lo superé porque realmente sabía que me gustaba programar, lo hacía en mi tiempo libre, así que sabía que el problema venía de la forma de enseñar y el contenido de este tipo de instituciones. Hasta que un día me dije: «no, esto no puede ser así, seguro que hay universidades que realmente se centran en lo que de verdad es importante en una ingeniería del software, que es el código, programar, los buenos estándares, etc.», así que busqué una alternativa, que fue la universidad U-tad y su Grado en ‘Ingeniería del Software’, y me encantó. Pasé de no gustarme la universidad ni lo que hacía, a disfrutar, saber hacia dónde iba, mejorar, ver cómo mi código cambiaba inmensamente de un año a otro… También fue un cambio de vida pasar de un sitio donde nadie te hacía ni caso, si no entendías nada era tu problema y la frustración es inmensa, a un sitio donde los profesores están trabajando en lo que enseñan y te pueden transmitir cómo funciona el mundo laboral antes de que termines tus estudios.

¿Quién o quienes te ayudaron a superar los momentos difíciles?
Mis amigos y mi familia fueron un pilar muy importante, cuando dudas de ti mismo es importante tener a tu lado a las personas que creen en ti y que te recuerden tu recorrido.

¿Cómo te influyó el hecho de que durante el grado de Ingeniería no tuvieras muchas compañeras?
Yo fui la única chica de mi curso en mis dos últimos años de carrera, y fue muy duro, porque eres la persona diferente y eso genera un poco de «dónde encajo yo aquí».

¿Te has sentido sola, aislada o has sufrido algún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer tanto en la universidad como en tu vida laboral?
Sí, he tenido varias experiencias malas. Una de ellas, cuando un cliente empezó a halagarme físicamente en un ambiente laboral. Esas experiencias normalmente no les pasan a los hombres.

¿Consideras que has tenido las mismas oportunidades que un hombre en las empresas donde has trabajado?
Creo que sí, pero porque siempre he considerado que la cultura de la empresa es el alma de la gente, y siempre he intentado conocer a la gente con la que iba a trabajar antes de unirme a la empresa.

¿Qué puedes aportar como modelo a seguir a esas chicas que quieren hacer una carrera de ciencias y competir en un mundo más masculino que femenino?
Creo que el modelo a seguir en cualquier carrera es el mismo, personas con integridad que son curiosas y tienen muchas ganas de crear. Y es muy importante rodearte de gente con la misma mentalidad, porque tener un entorno así es muy motivador.

¿Tuviste algún modelo que te inspirase, alguna mujer que admirases y que te animara a seguir sus pasos?
No.

¿Qué consejos darías a esas chicas o mujeres que quieren hacer una carrera de TIC?
Que prueben a programar, que es una carrera muy divertida y con un montón de salidas profesionales. Soy consciente de que muchas chicas están sufriendo ese periodo en el que tienen que decidir y enfrentarse a lo que opinarán otras personas. Me encantaría que todas las chicas conocieran la importancia de estudiar una carrera de ciencias en una universidad donde realmente te van a enseñar cómo va a ser tu futuro, donde aprendes y trabajas mucho, porque cuando salgas al mercado laboral nadie va a enseñarte. Recomiendo a esas chicas que den el paso.

¿Qué competencias y aptitudes deben reunir estas mujeres de ciencia y tecnología?
La mejor aptitud para ser buena en tecnología es que te guste estar aprendiendo todo el tiempo, que la incertidumbre de no saber algo sea algo positivo y no esfuerzo. Y para las competencias, es tener la capacidad de saber romper grandes problemas en pequeños problemas que puedas resolver. Es imposible saber cómo va a ser la tecnología dentro de unos años, son inimaginables los cambios que se van a dar.

Por eso, una buena programadora, una buena ingeniera, etc. necesita una mente cambiante capaz de adaptarse.

Nunca sabes lo que va a salir nuevo, cada día se crean cosas que impresionan más y que pensabas que eran algo imposible. Por eso, ni me imagino, ni quiero imaginarme, cómo será lo que está por venir, pero será impresionante.

Como profesional, has cambiado de empresa y de puesto de trabajo varias veces, ¿cómo valora la empresa a la mujer científica dentro y fuera de España?
Creo que a los profesionales TIC se nos valora muchísimo, porque hay una gran demanda por nuestro perfil y no hay suficientes personas para cubrir los puestos vacantes.

Marisol Nuevo Espín

Te puede interesar: 

Claves para fomentar la vocación y el interés de las niñas por la ciencia

 Bárbara de Aymerich: «De 3 a 6 años la inquietud por la ciencia debe empezar a cuajar»

– Niños científicos: alimenta su curiosidad

 La inteligencia científica: cómo desarrollar la curiosidad en niños de 3 a 6 años