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Rayas, círculos y zig zags son los trazos que forman los garabatos de los niños. A medida que los bebés crecen van apareciendo en ellos las oportunidades de jugar, dibujar, aprender a hablar, a caminar Concretamente, el dibujo se convierte en una fuente fundamental de expresión para los niños. La evolución del dibujo infantil pasa por una serie de etapas directamente relacionadas con la edad del niño. 

No podemos determinar de manera exacta cuándo y cómo los niños empiezan a dibujar, pues eso depende de múltiples factores, como el entorno de la guardería, la estimulación de los padres o los materiales que pueda tener a mano.Aunque no podamos saber cuándo empezarán a dibujar sus primeros trazos, sí podemos analizar las tres primeras fases del dibujo de los niños.

La fase del garabato descontrolado

Esta fase es la que primera de todas, la que empiezan a desarrollar los niños cuando tienen 18 meses hasta aproximadamente los dos años. Con esta edad, los niños no tienen un control fino sobre su actividad motriz, de ahí que esos dibujos sean producto de movimientos descontrolados de su mano. Es habitual  que se salgan de la hoja o que sus trazos sean o muy fuertes o muy débiles.

Los niños no muestran su voluntad de hacer un dibujo concreto, simplemente es algo que les divierte pero que no llegan a entender muy bien en qué consiste dibujar. Eligen los colores al azar, coger el verde o el naranja es indiferente para ellos.

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La fase del garabato controlado

A partir de los dos años, los niños ya tienen un mayor control sobre su actividad motriz. Los trazos que hacen con su mano son más precisos y empiezan a cobrar formas concretas. El niño tiene control visual de su dibujo, pretende representar un pensamiento o algo que ha visto.

Su objetivo es expresar algo determinado, por eso cuando acaban suelen decir, es una casa o es un coche, aunque a simple vista no lo parezca. También es normal que empiecen diciendo que van a dibujar un sol y al final se convierte en un árbol.

El niño disfruta dibujando y haciendo trazos, empieza a comprender que significa dibujar y da una finalidad determinada a su dibujo.

La fase del garabato con nombre

A los 3 o 4 años, el niño tiene mayor control de su grafomotricidad. Los trazos han evolucionado, y las rayas verticales, horizontales y los círculos son más precisos.

Sus representaciones empiezan a ser más reconocibles. Atrás quedan esos trazos desenfrenados en los que el niños de salía de la hoja de papel. Empieza a elegir los colores concretos, el azul para el agua, el amarillo para el sol, y pone nombre a sus representaciones.

Sabe que su dibujo es una forma de expresión y busca la reacción de los adultos, por eso es muy importante que no digamos cosas como “ no se parece en nada” o “así no se hace”, pues suponen una desmotivación para que el niño siga practicando una actividad tan importante para su desarrollo emocional e intelectual como es el dibujo.

Marisol Nuevo Espín

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