Actualizado 22/06/2022 10:24

Consejos para que no pierdan los hábitos de lectura en verano

La lectura no debe abandonarse en verano
La lectura no debe abandonarse en verano - ISTOCK

Vacaciones, una palabra que es sinónimo de tiempo libre para hacer multitud de actividades. Pero en algunas ocasiones estas horas estivales son utilizadas para otros fines poco provechosos: televisión, smartphones, videojuegos, ordenadores, o simplemente no hacer nada.

Estas son algunas opciones elegidas por muchos jóvenes durante el verano, lo que también supone perder buenos hábitos adquiridos durante el curso escolar, como por ejemplo la lectura.

El verano puede ser la época perfecta para potenciar el hábito de lectura, y disfrutar de esta afición. Animar a tus hijos a dejar las pantallas y animarse a coger un tomo para sumergirse en una historia de aventuras, o cualquiera que sea el género de su agrado, lo hará partícipe de una actividad intelectual que sin duda contribuirá a que mantenga activa su mente y le cueste menos reincorporarse cuando llegue el momento de volver a los estudios.

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Leer en verano

- Elegir el libro de su gusto. En el mercado existen numerosos géneros y tipos de libros: biografías, aventuras, poesía, teatro, etc. Si el niño tiene experiencia en la lectura, permítele elegir ese que va a acompañarlo durante todo el verano. En caso contrario, si conoces los gustos del pequeño, aconséjale guiándote por su personalidad.

- Establece la rutina, al principio. Llegado el verano los niños pueden dejarse llegar y decantarse por actividades que no les reporten tantos beneficios como la lectura. Al principio los padres pueden establecer un momento del día para leer, una actividad que también supondrá pasar un tiempo en familia en el que disfrutar de esta afición de forma conjunta.

- Predica con el ejemplo. Las vacaciones también llegan para los padres, quienes después de tanto tiempo de trabajo también se merecen un descanso. Un periodo de ocio en el que los libros tienen mucho que ver. Los progenitores son un espejo en el que mirarse y si los niños ven en ellos libros, sentirán curiosidad por esta afición y se lanzarán a ella para compartirla.

- Aprovecha los nuevos entornos. Una casa en el campo, una terraza frente a la playa, el hotel después de todo un día de viaje. Todas estas situaciones tienen un punto común: la tranquilidad. Aprovecha estos momentos para que los niños se relajen junto a un libro y se sumerjan en sus historias.

- Saca provecho de las visitas. ¿Vais a algún lugar interesante? ¿Hay algún libro que hable sobre la historia de esta ciudad? Hazte con él y prepara la visita leyendo junto a tu hijo estas páginas en las que ir conociendo allá donde vais, sin perder vuestra afición por la lectura.

- No perder los buenos hábitos. Los horarios y hábitos suelen trastocarse durante el verano, pero hay cosas que no deben alterarse. Llegada la noche, el cuento que todo padre comparte con sus hijos debe estar presente incluso en la época estival, no dejes a tus hijos sin este momento tan especial.

- Proponer un reto. Nada motiva más que conseguir una meta. Si el niño se muestra reacio a leer en el verano, proponle un reto. Sugiérele una serie de libros o cuentos para terminarse en el verano, de conseguirlo conseguirán un diploma que acredita sus logros y se podrá organizar un pequeño homenaje ese día a los mismos en forma de cena especial por ejemplo.

- Lectura y otras actividades. La lectura no solo se puede realizar a través de pasar páginas en silencio. La familia puede hacerse con un pequeño tomo de teatro, incluso animarse a escribirla, y luego representarla en el salón. Cada uno leerá su parte y se divertirá mientras disfruta de esta actividad tan original.

Damián Montero

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