El entusiasmo es la exaltación del animo que se produce por algo que cautiva o que es admirado. Es precioso este concepto antiguo griego que dice que el entusiasmo es «tener un dios dentro de sí». Actualmente, cuando hablamos de entusiasmo decimos que es aquello que nos mueve a realizar una acción y a favorecer una causa o realizar un proyecto.
Así que el entusiasmo puede entenderse como el motor del comportamiento. Quien está entusiasmado con algo, se esfuerza en aquello que le interesa ya sea personal, laboral o en cualquier ámbito de la vida, hasta llevarlo acabo.
El motor del entusiasmo
Pero, ¿qué es lo que hace que sintamos este entusiasmo por la vida y lo que en ella nos acontece? ¿Qué es lo que hace que unas personas parezcan habitualmente entusiasmadas con casi cualquier cosa y otras se sientan desanimadas y sin ganas de nada? Sin que tengamos que hablar de depresión, simplemente se les ve más apáticas y aburridas, que hacen las cosas por que tienen que hacerlas, como un esfuerzo y como tirando de un carro por obligación.
¿Se nace con entusiasmo o es algo que elegimos? Daniel Goleman, psicólogo estadunidense y autor de la obra Inteligencia emocional dice que «la inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental». Y al igual que otros muchos expertos nos dice que el entusiasmo, como cualquier otra habilidad de inteligencia emocional, se nace y SE HACE.
Hay muchas personas que tras vivir decepciones, duelos, perdidas o desengaños pierden su natural entusiasmo o digamos que se desconectan de él. Y otras que a pesar de cualquier contratiempo elijen aprender de estas circunstancias y se hacen más sabios, fuertes y comprometidos con su felicidad.
El motor del entusiasmo estaría, por tanto, en la base de cómo gestionamos lo que nos ocurre y si nos han enseñado o no a lidiar con la frustración y los obstáculos que en la vida se nos presentan. También forma parte de la capacidad de valorar lo pequeño, de la consciencia de sentirnos afortunados y agradecidos por cada día, experiencia y acontecimiento que vivimos y tenemos.
Razones por las que perdemos el entusiasmo
1. Frustación. Propia de las personas que están enfocadas en aquello que les hubiera gustado, llenas de expectativas y deseos vividos desde la carencia. Este infantilismo ante cualquier cosa que no sea como esperaban les conduce a la frustración, al enfado y a negativizar con sus pensamientos lo que es y está sucediendo.
2. Falta de valoración. El entusiasmo se pierde cuando las personas no saben aprovechar lo que tienen y esta circunstancia les impide crear magia con el momento presente. Se encierran en la idea que tienen de lo que sería mejor o peor, sin poder ver las oportunidades del presente que se ofrece como un regalo ante ellos.
Cómo contagiar entusiasmo a los demás
Tener entusiasmo es también y, por supuesto, una elección. Uno puede elegir a cada instante ver el vaso medio lleno o medio vacío, sonreír o fruncir el ceño, decirse cosas positivas o negativas, crearse un buen momento o quejarse, sentirse agradecido o en carencia y casquetoso, confiar o no.
Vivir permanentemente sin entusiasmo es una elección que puede ser costosa. Al final, el entusiamo en la vida es un acto de amor a uno mismo, que te permite elegir ser feliz y vivir enamorado de la vida.
Contagiarlo a otros sigue siendo un acto de generosidad y amor, al igual que lo hacemos por nosotros mismos se trata de hacerlo con otros, respetando su momento, su ritmo y su sentir, aportar nuestra alegría y apoyo sin llegar a sostener al otro, sin cargarlo en las espaldas.
Actos sencillos como sonreír por la calle a otros, saludar, ser amable, escuchar, proponer planes, recordar a la persona si lo necesita que es amada y valida, que puede, que confiamos es su poder personal, son formas de animar. Irradiando el propio entusiasmo como contagiamos a otros y esto además es un regalo para nosotros mismos.
Idoia Berridi. Nutricionista y life coach. Autora del Libro Método BeLove. Blog Sé feliz, sé sano, sé tú.
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