Actualizado 20/05/2022 11:36

La fortaleza mental: ¿qué significa ser mentalmente fuerte?

Consejos para ser más fuerte mentalmente
Consejos para ser más fuerte mentalmente - ISTOCK

La fortaleza mental está al alcance de todas las personas: se puede crear, desarrollar, aprender con entrenamiento y con algunas técnicas como las cognitivas. Es la capacidad del ser humano que nos permite tomar las riendas de la situación, de mantener la calma. Está muy relacionada con la autoestima y el autoconcepto.

Todo el mundo puede alcanzar ser mentalmente fuerte, pero cada uno de nosotros tenemos una historia familiar que nos inculca patrones de comportamiento y afrontamiento y la educación recibida marca un estilo de conducta y de interpretación de la realidad.

¿Qué significa ser mentalmente fuerte?

¿En qué consiste la fortaleza mental? "La fortaleza mental es la capacidad del ser humano que nos permite tomar las riendas de la situación y, pase lo que pase, encaminar el pensamiento, actitud y conducta a conseguir lo propuesto de la mejor manera posible. Es la capacidad de mantener la calma en una situación complicada o desfavorable y de mantenerse fuerte y saludable después de que algo negativo, difícil o desafiante suceda. Se asocia también con la fuerza de voluntad cuando la vinculamos con la capacidad de persistir procesos complicados (por ejemplo, estudiar una oposición, sobrellevar con actitud positiva el tratamiento de un cáncer, etc.), de iniciarlos (iniciarte en la práctica de una disciplina deportiva o artística) o para evitar iniciar conductas o pensamientos que consideran negativos o no recomendables (respeto a la norma, alejarse de vicios y hábitos insanos sin dudar)", explica Regina Insa Martínez, psicóloga, terapeuta Gestalt y coach de Mundopsicologos.com.

Además, tener fortaleza mental permite tener un propósito y conseguirlo pese a las dificultades que surjan. "La persona fuerte mentalmente tiene la capacidad de distanciarse de las emociones que surgen; deja de lado las excusas, las distracciones y la evitación y sigue el camino hacia el objetivo; es capaz de observar cuándo y qué le aleja de su objetivo y reconduce para volver a su plan", afirma la psicóloga Regina Insa Martínez.

Características de una persona mentalmente fuerte

Las personas con forleza mental se caracterizan por su sentido de la responsabilidad, la capacidad de superación y la persistencia. "Son capaces de asumir responsabilidades en la vida, sortear obstáculos y luchar por sus metas", explica la psicóloga.

1. OBJETIVO. No pierden su objetivo de vista y lo tienen claramente definido. Saben qué recursos necesitan y también, qué les sobra, qué no necesitan. Son personas que tienen sus principios muy claros y bien definidos y los utilizan de guía para sus elecciones.

2. LÍMITES. Saben decir NO a aquello que les aleja de su objetivo o va en contra de sus principios. Y se saben guardar de las circunstancias y personas que les pueden alejar de ellos. Saben marcar bien los límites.

3. OPORTUNIDAD. Ven la dificultad y el contratiempo, el error, etc. como una oportunidad para desarrollarse, ser mejor persona, mejorar alguna habilidad y por ello, aprenden de lo que les pasa, sobre todo, de los errores (que no consideran fracasos sino como aprendizajes).

4. FUERA DE LA ZONA DE CONFORT. Son valientes, enfrentan sus miedos. Se atreven a salir de su zona de confort y aunque sientan miedo o incomodidad, siguen adelante. Lo nuevo y lo diferente significa aprendizaje.

5. AUTOGESTIÓN. Encuentran bienestar, principalmente, a través de ellos mismos. Es decir, pueden sentirse bien y felices sin depender de los demás, aunque, por supuesto, esto no signifique que no disfruten de compañía.

6. INTELIGENCIA EMOCIONAL. Tienen inteligencia emocional, es decir, saben identificar sus emociones y gestionarlas oportunamente. En general, tienen recursos internos que permiten tomar distancia emocional y mantenerse firmes en sus propósitos.

¿Todo el mundo puede alcanzar ser mentalmente fuerte?

La fortaleza mental está al alcance de todas las personas: se puede crear, desarrollar, aprender con entrenamiento y algunas técnicas como las cognitivas. La clave de la fortaleza mental es ser conscientes de lo que pensamos acerca de lo que nos sucede y aprender a enfrentarnos de cierta manera a carencias y movilizar los recursos propios.

Desarrollar fortaleza emocional es saber encajar el efecto que las emociones tienen sobre nosotros y canalizarlas de un modo constructivo por lo tanto es algo que se puede desarrollar y perfeccionar. Existe la corriente filosófica del estoicismo cuyos principios ayudan a entender la fortaleza mental y cómo desarrollarla. El estoicismo defiende que la felicidad depende de uno mismo: somos más fuertes cuando tenemos más que ganar que perder. Séneca recomendaba la exposición puntual a la carencia, a tener ausencia de algo, a aquello que nos da miedo que pase o tengamos miedo a perder para así tener información de esa situación temida: tomar conciencia de los propios recursos que se movilizan, de forma que ya nos estaríamos preparando y de suceder, sentiríamos una menor intensidad o un impacto más leve. Nos invitarían, por ejemplo, a vivir un tiempo con comida suficiente pero no abundante, enfrentarte a estar solo un tiempo, a vestirse con poco, como entrenamientos y hábitos de soportar la falta de... y así adaptarnos y en el momento que inesperadamente aparezca una pérdida sepamos que tenemos recursos internos para hacerle frente y que no te afecte tanto o con tanta intensidad.

Todas las personas podemos si queremos y, el querer, es lo que nos hace más predispuestos. Si es cierto que muchas personas aprenden por sí mismas, y para otros, sentir su fortaleza es un ideal lejano al sentir que no se gestionan a voluntad. No olvidemos que cada uno de nosotros tenemos una historia familiar que nos inculca patrones de comportamiento y afrontamiento y que también, la educación recibida marca un estilo de conducta y de interpretación de la realidad. "Si mi familia me inculcó la cultura del esfuerzo, seguramente, mi fortaleza mental se desarrollará desde la infancia. Si mi infancia ha estado llena de caprichos, de merecimientos sin esfuerzos, seguramente, mi fortaleza mental está para empezar a trabajar", declara Regina Insa Martínez.

Ventajas de ser una persona mentalmente fuerte

Todo son ventajas ya que son personas que pueden sobrellevar casi cualquier tipo de situación y salir bien parados, cuando se inicia el evento, cuando se desarrolla y cuando se trata gestionar las consecuencias negativas.

"La fortaleza mental está muy relacionada con la autoestima y el autoconcepto. Quien es fuerte mentalmente, confía en sus posibilidades por que las sabe ver, conoce sus límites y los acepta con lo que sus planteamientos están dentro de sus posibilidades. Acepta que los intentos fallidos nos acercan al objetivo al aportar experiencia y aprendizaje. Y acepta el éxito como parte del esfuerzo, valorándolo objetivamente y evitando tanto victimismos o interpretaciones narcisistas", dice la psicóloga.

Consejos para ser más fuerte mentalmente 

1. Encuentra tu brújula. Dedica tiempo a pensar en tus prioridades, en tus valores y en tus principios, en definitiva, en lo que realmente, es importante para ti y trata de no perderlos de vista. Tendrás así la brújula que te guíe en todo momento a volver a tu propósito en momentos de flaqueza. Por ejemplo, si tu prioridad es tu formación, ante la duda de ir de fiesta o reservarte y estudiar, la respuesta será más fácil de encontrar.

2. Asegura el compromiso en aquello en lo que te impliques. Comprometerse supone aceptar ciertas condiciones y renuncias. El compromiso te acerca a tu objetivo. Si de forma objetiva detectas que no puedes cumplir, revisa el compromiso y establece nuevos términos y condiciones de aquello que te has propuesto. A veces, comprometerse con agentes externos facilita mantenerse fiel. Si eres así, busca con quién o con qué comprometerte para persistir.

3. Vive el presente y el aquí y ahora. Es fundamental para reducir la ansiedad por un lado y la procrastinación por otro. Ir chequeando, a lo largo del día, que estás en el presente será útil para detectar momentos de flaqueza, desvíos en el camino o cambios de ritmos. Pregúntate: ¿En qué estoy ahora (pensando, sintiendo, haciendo)? Esto en lo que estoy ahora, ¿qué relación tiene con mi propósito y cuánto contribuye a conseguirlo? Reconduce tu aquí y elige según tu brújula. Meditar, practicar yoga, deporte, etc son actividades que te ayudarán a contactar con tu presente.

4. Considera la vida como una oportunidad constante para aprender, para desarrollarte, para ser tu mejor versión. Y así, cualquier dificultad será un reto a conseguir.

5. Ocúpate en vez de preocuparte. Pasa a la acción, sal de la zona de confort: aunque sea poco, actúa.

6. Distánciate emocionalmente de los hechos, relativiza. Los hechos son los hechos e inevitablemente, tú los interpretas y con esa interpretación, surge una emoción. Juega a interpretar la situación como haría alguien cercano que conozcas bien. Seguro que interpretas y sientes distinto.

7. Identifica honestamente tus fortalezas y tus debilidades. Las fortalezas serán tus puntos de apoyo y fuerza para empezar y perseverar; la atención a tus debilidades elevará tu atención y preparación para lo que pueda pasar. Si sientes debilidad por los dulces y aceptas que es así, cuando hagas dieta estarás alerta a la hora de elegir el postre para ingerir el que más ayude a tu dieta más que a tu apetito en el momento.

8. Prepárate, como los estoicos mirar más allá de ti mismo tanto al analizar los hechos como en la aplicación de las conclusiones. Juega a interpretar una misma situación desde diferentes perspectivas, de forma que identifiques cómo funcionas tú y cómo puedes ampliar puntos de vista y observa qué pasa. No te quedes con la primera interpretación, busca alternativas. Si tienes un plan inicial, piensa en otros planes alternativos.

9. Sostén la emoción que sientas y las sensaciones negativas todo lo posible: te ayudará a generar fuerza para mantenerte firme ante la dificultad. Tenemos la tendencia a negar las emociones, a luchar para que no estén. Observa qué pasa si cuando sientes miedo, lo miras de frente; qué pasas si cuando sientes ira, observas cómo tu cuerpo la siente y cómo se va transformando. Espera a qué pasa y cómo se transforma eso que sientes si te paras a escuchar el mensaje de eso que sientes.

10. A las pruebas me remito: busca en tu pasado los casos de éxito y qué fortalezas movilizaste entonces. ¿podrías aplicarlas en este momento? ¿has desarrollado otras o puedes hacerlo a partir de ahora?

11. Cuéntate un cuento interesante. Trabaja tu dialogo interno y las creencias limitantes que detectes: observa si te das mensajes de ánimo y motivación o de fracaso y debilidad. Recuerda que lo que crees, creas.

12. Crea hábitos y rutinas que ahorren esfuerzo mental y físico. Pon a tu cerebro en modo automático y dedica la energía a lo nuevo, al cuidado, a pulir el camino hacia tu propósito.

Regina Insa Martínez. Psicóloga, terapeuta Gestalt y coach de Mundopsicologos.com

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