Categorías:

Lucía Echevarría sobre la vuelta al cole: “La salud financiera empieza en casa y desde que los niños son pequeños”

Tabla de contenidos

El reto económico de “la vuelta al cole” puede ser una oportunidad para crecer en familia y fortalecer la educación financiera en el hogar

Septiembre llega con su ya famosa “cuesta” y muchos padres se sienten desbordados. El inicio del curso escolar implica una larga lista de gastos: libros de texto, uniformes, matrículas, alquileres… Un verdadero desafío para el presupuesto familiar si no se cuenta con una planificación adecuada.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), España afronta este año el comienzo de curso más caro de la historia. Se estima que el gasto medio por hijo alcanzará los 500 € debido al encarecimiento de los costes de la enseñanza, que ha registrado una subida del 2,5 % en el último año, según datos del INE.

En este contexto evitar el sobreendeudamiento puede parecer complicado, pero resulta mucho más sencillo si se gestionan los gastos de forma organizada. La clave, según Lucía Echevarría, técnica en salud financiera de la Fundación Nantik Lum, se resume en una sola palabra: planificación.

La preparación empieza desde las vacaciones. “Si vamos a veranear fuera de España, conviene llevar un seguro médico o hacer una revisión previa al coche. Cualquier gestión que evite incidentes innecesarios nos previene de gastos que podrían resultar muy caros”, explica.

Tampoco conviene dejarse arrastrar por las prisas del último momento. Realizar las compras del curso con cierta antelación y llevar una lista detallada de lo que necesitamos es esencial para evitar comprar más de lo necesario. “Justo ahora las campañas de publicidad de la vuelta al cole son muy agresivas, y si no salimos de casa sin una lista o sin comparar precios, es fácil dejarnos llevar por el impulso de compra”. 

Menos es más: consumo consciente y ahorro en la vuelta al cole

Con frecuencia, palabras como ahorro o recorte de gastos se asocian de inmediato con privación o renuncia. Bien entendidos, estos conceptos se convierten en aliados que nos evitan muchos quebraderos de cabeza. “La austeridad tiene que verse como una elección: consumir de forma más consciente reduce el estrés económico, fomenta la sostenibilidad y enseña a los hijos a administrar su dinero”.

Ahorrar no implica renunciar al bienestar. Se trata, más bien, de detectar los “gastos hormiga”: pequeños desembolsos que, acumulados, pueden convertirse en una suma considerable, como las suscripciones en desuso o las compras innecesarias. “Se pueden recurrir a mercadillos de segunda mano o realizar intercambios con otras familias de material escolar, libros de texto o uniformes y si queremos disfrutar del ocio, podemos aprovechar las actividades al aire libre o los recursos culturales que nos ofrece el Ayuntamiento”.

Hay muchos ejemplos sencillos de cómo aligerar el presupuesto familiar sin renunciar a la calidad de vida. “Cocinar en casa puede ser una propuesta de ocio. Con ello evitamos comer fuera o pedir a domicilio y disfrutamos de lo esencial sin tener esa presión económica dándonos vueltas”.

La tecnología también puede ser una aliada. “Hoy la Inteligencia artificial (IA) puede planificar menús equilibrados, hacer listas de compra eficientes y reducir el desperdicio de alimentos”, señala Echevarría.  Herramientas como ChatGPT, MonAI o Mint pueden ser muy útiles para el control de gastos, la automatización de balances o la toma de decisiones de inversión más informadas.

Pedir ayuda cuando se necesita

Reconocer que necesitamos ayuda cuando las cosas se complican es necesario y no debería dar miedo ni vergüenza. Romper el tabú que envuelve la precariedad económica nos permite tender la mano a quienes se encuentran en apuros y recibir apoyo si queremos salir adelante.

Para las familias que no pueden afrontar el gasto escolar “los ayuntamientos ofrecen programas de bancos de libros, cheques o subvenciones específicas”, como el Programa ACCEDE, un sistema de préstamo de material escolar de la Comunidad de Madrid. También existen las becas del Ministerio de Educación “que cubren distintas necesidades, desde los libros de texto o el transporte, hasta el servicio del comedor”.  

Además, entidades como la Fundación Nantik Lum ofrecen “talleres sobre la planificación, la gestión del presupuesto, el ahorro o la prevención del sobreendeudamiento, además de orientación laboral para quienes buscan empleo”.

El dinero, una responsabilidad compartida

Prevenir el endeudamiento es una tarea que concierne a toda la familia. Y sí, también a los más pequeños.

Involucrar a los niños en la planificación del presupuesto familiar les enseña a valorar lo que tienen y a descubrir que ese juguete que tanto les gusta supone dinero y sacrificio. “Es una oportunidad para educar a los hijos en hábitos responsables, enseñándoles a distinguir entre deseo y necesidad.”

Tener en cuenta este pilar en la educación es esencial. Ayudarles a gestionar su dinero, aunque sea poco, les enseña a administrar bien sus gastos. “La salud financiera empieza en casa y desde que los niños son pequeños. Enseñarles a tomar decisiones conscientes desde temprano los prepara para el futuro y ese es un aprendizaje que se llevan para toda la vida”.

Lecturas similares:

Natalia Langdon del Real

Otros artículos interesantes