Actualizado 14/11/2014 10:18

El diccionario de la RAE cambia la definición de juguete

La RAE da una nueva definición de juguete
Foto: THINKSTOCK Ampliar foto

El Diccionario de la Real Academia Española, en su  XXIII Edición, ha redefinido el término "juguete" dándole un nuevo significado. Antes lo definía como un "objeto que sirve para entretenerse". Ahora, la nueva definición resalta la importancia del juguete en el desarrollo evolutivo y lo define como "un objeto con el que los niños juegan y desarrollan determinadas capacidades".

En este sentido, es necesario que, tanto padres como profesores entiendan que el juguete es un instrumento indispensable en el crecimiento de los niños, una herramienta clave para su entretenimiento. Sin embargo, los juguetes no tienen únicamente un valor lúdico. En realidad, el juguete es un objeto con el que, además de entretenerse, los niños desarrollan determinadas capacidades. Por eso, cuando se habla de juguetes es importante tener en cuenta su valor pedagógico y la función que tienen para el desarrollo de los más pequeños.

Juguete, un término más amplio

Esta nueva definición hace referencia a la aportación que el juguete hace a la dimensión física, psicológica, social y emocional del niño, sumada a la propia función de entretenimiento que siempre le ha otorgado la RAE en anteriores ediciones.

Por un lado, el juguete sigue siendo el objeto con el que los niños se divierten y se entretienen, una definición que queda recogida ahora en una segunda acepción. Pero, por otro lado, la RAE, con esta nueva definición presenta al juguete como una herramienta para que los niños crezcan, se desarrollen y experimenten en un entorno lúdico, en el que fomentan y potencian sus propias capacidades. De esta manera, el juguete se convierte en la puerta por la que los niños se introducen en el mundo.

Además, los juguetes posibilitan el desarrollo de una serie de capacidades en el niño. A parte de la capacidad de imaginación que los niños desarrollan cuando juegan, creando un mundo ficticio en el que inventan sus propias historias, también desarrollan una serie de capacidades físicas y sociales gracias al uso de los juguetes. Todo esto les permitirá plantear nuevos retos, fomentar la creatividad y una serie de valores que aprenderán de manera inconsciente.

El juguete, instrumento de aprendizaje para los niños

La nueva definición del término presenta al juguete como el primer transmisor de la cultura. El juguete, que ha sido un instrumento presente, desde hace años, en la vida de los niños, ahora es reconocido como un instrumento de aprendizaje indispensable que permite la transmisión de valores sociales y el desarrollo de los más pequeños.

Los juguetes son para los niños el instrumento con el que materializar aquello que crean en la imaginación. Jugar es parte necesaria de su infancia, por eso, el juguete será el compañero de juegos de su imaginación, necesarios ambos para llevar a cabo una actividad lúdica.

Sin embargo, el juego no es solo una actividad lúdica para los más pequeños, también es un modo de aprendizaje: para un niño, el juego representa un pequeño mundo en el que poder ensayar cómo actuar en el mundo real, una forma indirecta de aprender a vivir. 

Este matiz, que queda recogido en la nueva definición de la RAE, en realidad esconde un cambio conceptual importante. Con esta nueva definición, no solo se redefine el término juguete sino que se le da un nuevo enfoque. El renovado concepto engloba otros aspectos y recoge, por ejemplo, lo que significa juguete en el ámbito educativo. Así, el significado que los profesionales de la educación dan al juguete, entendido como instrumento de aprendizaje para el niño, es una parte indispensable de la definición.

De esta manera, el reconocimiento del juego como vehículo de cultura para los niños, remarca el  valor de la responsabilidad en los juguetes por parte de: fabricantes, profesores, padres y niños. En este sentido, es necesario recordar que los juegos deben cumplir una serie de pautas en cuanto a seguridad, calidad, originalidad, solidaridad y formación en valores, y cumplir una serie de normas éticas. Al mismo tiempo, es un llamamiento a los padres, educadores, psicólogos y el resto de profesionales del ámbito educativo para que otorguen a los juguetes la importancia necesaria y reconozcan la labor que los juguetes tienen en la niñez, esenciales para que el juego y el aprendizaje sean posibles.

Patricia Núñez de Arenas